Renacimiento Maya, entre la realidad y la ficción
Por: Adrián Arévalo
El renacimiento maya, un decálogo de buenas intenciones que ha sido presentado como una iniciativa destinada a revitalizar la cultura maya y mejorar las condiciones socioeconómicas de las comunidades indígenas.
Ya el gobernador electo Joaquín Díaz Mena, fue a la CDMX a presentar ante empresarios su proyecto de “Renacimiento Maya”, para animarlos a invertir en territorio yucateco.
Existe autenticidad y congruencia, si, la autenticidad y congruencia del tren maya, el aeropuerto, la seguridad las medicinas, etc, obviamente existe una discrepancia significativa entre el discurso oficial y la realidad que enfrentan estas comunidades a las que se va a salvar el “renacimiento maya”.
Se dice que “Es fundamental que los jóvenes yucatecos conozcan y se sientan orgullosos de sus raíces mayas. La lengua y las tradiciones son parte esencial de nuestra identidad” .
Esto existe, el gobierno ha impulsado la enseñanza de la lengua maya en las escuelas y ha organizado festivales culturales que celebran la música, danza y gastronomía maya. Estas iniciativas buscan revalorizar las tradiciones y fortalecer la identidad cultural.
El hoyo negro en el pajar, “El turismo cultural no solo preserva nuestra herencia, sino que también genera empleos y mejora la economía local”.
La realidad es la de siempre, los problemas estructurales y superficialidad de las iniciativas, de anteriores y futuras propuestas, a pesar del discurso positivo, la realidad para muchas comunidades mayas en Yucatán es muy diferente.
De acuerdo con un informe de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) revela que más del 70 por ciento de los hogares indígenas en Yucatán viven en condiciones de pobreza . La promoción cultural, aunque valiosa, no aborda los problemas estructurales de pobreza y marginación, de hecho son “instagrameables”.
De acuerdo con un estudio del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH),
El turismo cultural ha generado beneficios económicos, pero estos no siempre se distribuyen equitativamente.
“En muchos sitios turísticos de Yucatán, la mayor parte de las ganancias van a empresas externas, dejando a las comunidades locales con una fracción mínima de los ingresos generados”, nadie hace el bien sin mirar a quién.
La instrumentalización de la cultura maya para fines políticos es una crítica recurrente. Expertos en derechos indígenas argumentan que el “renacimiento maya” se utiliza para ganar apoyo político, más que para realizar un compromiso genuino con el bienestar de las comunidades.
La ONG Cultural Survival destaca que “las decisiones sobre proyectos de desarrollo a menudo se toman sin considerar las voces de los propios mayas, perpetuando una relación de dependencia y subyugación”.
El enfoque en el desarrollo turístico y de infraestructura frecuentemente no considera el impacto ambiental en las regiones indígenas. La falta de una evaluación adecuada del impacto ambiental puede dañar los recursos naturales esenciales para la subsistencia de las comunidades mayas.
De acuerdo con el INAH, “la implementación de proyectos sin una consideración ambiental adecuada puede llevar a la deforestación y la degradación del suelo, afectando negativamente a las comunidades locales” .
Las políticas y programas relacionados con el renacimiento maya a menudo se diseñan e implementan sin una participación adecuada de las comunidades indígenas. La falta de consulta y participación activa puede resultar en iniciativas que no son sostenibles ni eficaces.
Las comunidades indígenas necesitan ser actores principales en la toma de decisiones para asegurar que las políticas públicas realmente reflejen sus necesidades y aspiraciones.
Así que el gobernador electo,antes de entrar en funciones, ya fue a informar a los empresarios del Consejo Mexicano de Negocios, Microsoft, Oxxo, Bepensa, Ecoce, Canipec, , Nestlé, ConMéxico, Connecting México, Grupo Modelo, FedEx, Liverpool, Autodesk, AES, para ver si quieren entrarle al “Renacimiento Maya”.
El contraste entre el discurso oficial del renacimiento maya y la realidad que enfrentan las comunidades mayas en Yucatán es significativo. Aunque las iniciativas culturales y de desarrollo económico son importantes, no abordan los problemas estructurales de pobreza, desigualdad y falta de participación comunitaria.
Para que el renacimiento maya sea verdaderamente transformador, es necesario un enfoque más integral y participativo que considere las necesidades y voces de las comunidades indígenas,no ver un pastel inmenso y esperar su tajada.