Oración: Patria libre y soberana.
¡Bendice a los cristianos de este país, junto con quienes haciendo uso de su libertad, viven a su manera, oh Padre Santísimo! Estamos de plácemes y con una inenarrable alegría porque tenemos aun esta tierra bendita que Tú hiciste con Tus manos divinas y nos la entregaste como patrimonio muy nuestro. Mientras estemos viviendo en este planeta tan bello en extremo, nos gocemos, pensando en que nuestro tiempo es muy breve, pero es el único momento que tenemos que aprovechar para pasar a la Patria Celestial. Aquí en esta tierra, nos preparamos viviendo en gracia para que al final de nuestro tiempo que en ella estemos, de ella cuidemos, de ella gocemos y felices iniciemos ese viaje a LA VIDA BIENAVENTURADA Y ETERNA… ¡AL DÍA SIN FINAL DE TU REINO!
Hoy nos sentimos agraciados porque, en verdad, nos has distinguido a los mexicanos con una patria grande, con una patria llena de riqueza que aun tiene en sus entrañas, con unos paisajes cuya hermosura y encanto está fuera de serie. Por si fuera poco, nos hiciste multiraciales desde el principio: aztecas, mayas, olmecas, purépechas, mixtecas, zapotecas, yaquis, etc., etc. Nuestra piel morena y una Virgen maravillosa y morena como la mayoría de nosotros. ¡Una bandera salida de una riquísima sandía! ¡Un himno de los más bellos del mundo! Ya en estos tiempos, nuestro México es cosmopolita y su raza cósmica, ¡gracias a este mestizaje que no tiene comparación! ¡Una ubicación geográica calculadamente estratégica!
¡Muchísimas gracias, Padre Santísimo por ese don de nuestra mexicanidad! ¡Muchísimas gracias por esos hombres y mujeres de amor, de valor, de pasión, de inteligencia, de coraje y gallardía, que soñaron en ver a nuestra patria independiente, libre y soberana y, con su sabia decisión lo lograron!
¡Concédenos, Te suplicamos, más mujeres, más jóvenes, más hombres, que emulen estos ejemplos proverbiales que han merecido pasar a nuestra historia mexicana con letras inmortales e indelebles!
¡Que la inmensidad de Tu gran bondad, amor y misericordia infinita, tenga en Tu reino a esos héroes que sin temor a ofrendar sus propias vidas, murieron para que nosotros fuesemos una generación de gente no codependiente, sino libre y con una Patria colosalmente rica y soberana!
En este bendito día para nuestro país, ¡ámanos más y más, oh Padre amoroso! ¡Bendice nuestro suelo patrio, a nuestras autoridades y a todos los que en él habitamos!
Finalmente, oh Padre Santo, danos la dicha de que año tras año y por muchísimos años, todas las generaciones exclamen jubilosas y entusiastas: ¡VIVA MÉXICO!
¡Que la memoria de nuestros grandes héroes mexicanos sea bendita y eterna! Amén.
P. Cosme Andrade Sánchez+