Santa Macrina la Joven hermana y tutora de santos.
Santa Macrina la Joven fue la hija mayor del obispo San Basilio el Teólogo y la diaconisa Santa Emmelia. Sus abuelos fueron San Basilio el Viejo y Santa Macrina la Anciana. Al morir su padre, que había arreglado un matrimonio ventajoso para ella. Hizo voto de virginidad y junto a su madre se dedicó a educar a sus hermanos
Junto a su madre, fundó un monasterio femenino en su propia casa del Ponto. Para el cual su hermano Basilio escribió la regla que debían seguir las vírgenes.
Destacó esta regla en la penitencia y, cosa que el monacato femenino perdió con el tiempo, el estudio, meditación y aplicación de la Palabra de Dios. Establecieron horarios de oración, especialmente oración litúrgica de los salmos y cánticos tradicionales. Como ya hemos hablado en otras ocasiones, esta vida monástica era considerada seguidora de la “instaurada” por el profeta San Elías, por lo que en crónicas, santorales y escritos hagiográficos aparece como carmelita. Y hay que entenderlo según se explica en este “Santoral Carmelita”.
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A la muerte de santa Emelia, Macrina repartió entre los pobres su herencia y vivió del trabajo de sus manos. Su hermano Basilio murió a principios del año 379, y Macrina cayó gravemente enferma nueve meses después.
Cuando san Gregorio de Nissa llegó a visitada después de nueve años de ausencia, la encontró en un lecho de tablas. El santo quedó muy consolado al ver el gozo con que su hermana soportaba la tribulación y muy impresionado del fervor con que se preparaba para la muerte.
Santa Macrina joven exhaló el último suspiro en un transporte de gozo al atardecer. Era tan pobre, que para amortajar el cadáver no se encontró más que un vestido viejo y una tela muy burda; pero San Gregorio regaló con ese fin una túnica de lino. El obispo del lugar, llamado Amauxio, dos sacerdotes y el propio San Gregorio, transportaron el féretro y, durante la procesión funeraria, se cantaron los salmos; pero la afluencia de la multitud y las lamentaciones del pueblo, especialmente de algunas mujeres, perturbaron mucho la ceremonia.
Esta santa tuvo dos milagros. El primero de ellos fue que santa Macrina recobró la salud cuando su madre trazó sobre ella la señal de la cruz; en el segundo caso, la santa curó de una enfermedad de los ojos a la hijita de un militar.
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