¡OREMOS POR LAS NECESIDADES DE NUESTROS PRÓJIMOS! ¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!
Cómo nos mueve la amonestación del Espíritu Santo: “Amonesto pues, ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones, acciones de gracias, POR TODOS LOS HOMBRES.” (1ª. Timoteo 2:1). Esa es nuestra actitud del día de hoy, porque cuando solo Te saturamos de un interminable ¡BEMDÍCENOS! ¡CONCÉDENOS! ¡AYÚDANOS! ¡SÁLVANOS! ¡SÁNANOS!, demostramos que seguimos siendo LOS CONVENECIEROS, LOS APROVECHADOS Y LOS EGÓLATRAS, que solo pensamos en NUESTRA SALVACIÓN PERSONAL Y NO DEMOSTRAMOS LA MÍNIMA COMPASIÓN POR LOS DEMÁS.
Esta enseñanza del Espíritu Santo nos hace comprender que, nuestra salvación va CONDICIONADA AL AMOR AL PRÓJIMO DESCARTANDO ESA ENVIDIA Y ESE EGOISMO que, ante Ti, oh Padre Todo bondad, se torna totalmente desagradable, porque está impregnado de un enanismo espiritual. ¿Cómo seremos capaces de orar e interceder por nuestros hijos, por nuestros hermanos, por nuestros amigos y hasta por nuestros enemigos? Cuando solo oramos POR NUESTRAS NECESIDADES PERSONALES, POR NUESTROS PROBLEMAS URGENTES, POR NUESTRA SALVACIÓN, POR NUESTROS DOLORES Y AFLICCIONES, ESTAMOS EVIDENCIANDO NUESTRA POBREZA, NUESTRA FALTA DE AMOR A TI, OH PADRE MISERICORDIOSO Y AMANTE DE TODA LA HUMANIDAD, PORQUE SOLO PENSAMOS EN LO NUESTRO, YA QUE NUESTROS PRÓJIMOS CON SUS TREMENDAS NECESIDADES, NI EN CUENTA LOS TOMAMOS.
Tu Hijo amado desde el sagrado púlpito de LA CRUZ nos dio la enseñanza más sublime de amor al prójimo: “Y Jesús decía: Padre, ¡perdónalos, porque no saben lo que hacen!” (San Lucas 23:34). Hoy queremos que nuestra bendición sea INTERCEDER POR LOS DEMÁS, PORQUE SON NUESTROS HERMANOS Y MERECEN SER SALVOS Y LIBRES DE TODA ADVERSIDAD. ¡Ya es el momento de que dejemos de exclamar esa frase necia y egoísta cuando hay calamidades: ¡QUE SE HAGA LA VOLUNTAD DE DIOS EN LAS PROPIEDADES DE LOS DEMÁS!”
Cuando oramos por nuestros prójimos, oh Padre Santísimo, Tú NOS BENDICES AL DOBLE, porque a quienes amas les ordenas: ¡CREZCAN Y MULTIPLÍQUENSE! Nos viene a la mente lo que hiciste con Job, Tu siervo amado después de haber superado las dos pruebas más difíciles que lo llevaron a comprender que sus amigos necesitaban urgentemente del favor divino: “Después de haber orado Job por sus amigos, el Señor lo hizo prosperar de nuevo y LE DIO DOS VECES MÁS DE LO QUE ANTES TENÍA”. (Jon 42:10).
¡Qué enseñanza tan grande nos das este amanecer! Hoy venimos dispuestos a suplicarte bendigas a todos los que significan mucho para nosotros y aun por los que no nos aman y nos desprecian, porque, lo más seguro es que ¡NO SABEN LO QUE HACEN! Nosotros hemos aprendido de Ti y de Tu Amado Hijo que, ¡NO ES POSIBLE AMARTE SIN AMAR A NUESTROS HERMANOS! ¡NO ES POSIBLE SALVARNOS DE TODO INFORTUNIO SIN ANTES PENSAR Y ELEVAR NUESTRAS FERVIENTES SÚPLICAS POR NUESTROS HERMANOS! Sabemos que Tú, oh Padre Bendito nos amas a todos y deseas lo mejor para todos sin excepción.
¡Salva, oh Padre Amoroso, a todos nuestros hermanos, parientes, amigos y también a quienes nos hacen el mal y nos desean hasta la muerte! ¡No abandones a Tus hijos aun cuando anden en malos pasos! En verdad, viven en su ignorancia y alejados de Tu amor. ¡Envía a Tus santos ángeles para que los libren de todo mal y hazlos ver cómo los amas! De manera especial, ¡Te suplicamos, que vengas, visites y envíes refuerzos a Tus hijos que andan sumidos en toda clase de vicios y enredados con tantos delincuentes, a fin de que vean Tu Gran Bondad!
Padre Santísimo: ¡Envíanos a Tus servidores a anunciar con valentía y con pasión TODO LO QUE TÚ PUEDES HACER EN FAVOR DE QUIENES ESTÁN EN LAS FILAS DE LA MALDAD! ¡TÚ SIEMPRE ESTÁS DISPUESTO A SALVAR Y NO A CONDENAR! El Espíritu Santo nos ha dicho desde los tiempos de la Ley: “Tan cierto como que YO VIVO, dice el Señor Soberano, no me complace la muerte de los perversos. Solo quiero que se aparten de su conducta perversa para que vivan. ¡Arrepiéntanse! ¡Apártense de su maldad, oh pueblo de Israel! ¿Por qué habrían de morir?”.
Padre Santísimo: Iniciamos nuestras labores con Tu bendición y en espera de que, ¡bendigas a todos nuestros hermanos, a nuestros prójimos, a nuestros amigos y a nuestros enemigos! Amén.
P. Cosme Andrade Sánchez+