“¿CÓMO VIVIR BIEN EN MEDIO DE TANTA MALDAD?”
Ante este México que nos ha tocado vivir, tan lleno de maldad, con una gran cantidad de grupos armados y bien organizados que, incluso superan al mismo poder gubernamental, donde “A CHALECO HAY QUE PAGAR POR TODA ACTIIDAD COMERCIAL Y PRODUCTIVA, PORQUE AQUÍ SI QUE DAN CUELLO”, no nos toca más que aceptar esta cruel y terrible realidad, ya que, de lo contrario, ¡es mejor no existir!
Padre Justísimo: Este ambiente tan lleno de maldad en grado extremo, hace que las mayorías busquen refugio y protección en las sectas satánicas, la santería, el vudú, la hechicería, el espiritismo, las drogas, en el alcohol, en la inactividad y hasta enlistarse en las filas de la alta delincuencia organizada. Nuestros propios infantes, tan pronto como los destetan, ya se les pone en sus tiernas manitas un celular para que “NO MOLESTEN Y SE ENRETENGAN”, sin pensar que se les está facilitando la oportunidad de que se inicien con jueguitos muy divertidos, pero que, entre más se desarrollan, más crece su curiosidad y su adicción en pasar el mayor tiempo posible ENAJENANDO SUS MENTES y haciendo de ellos UNA NUEVA GENERACIÓN de seres que desprecien lo natural y se enfrasquen en un mundo virtual, que aun no desciframos qué efectos letales y qué consecuencias tendrán en la vida adulta de esas nuevas generaciones.
Es obvio que LAS ALTAS ÉLITES, ya lo saben y están viendo en ellos UN NUEVO MERCADO que les dará jugosas ganancias. Los papás, por desgracia, siempre ocupados, ¡no se dan cuenta del mal que les están provocando a esos pequeños! Cuando menos lo esperen, serán esclavos de un mercado que los degradará y denigrará como ni siquiera lo sospechamos. Si en los videojueguitos, aprenden el arte de la guerra, el ver enemigos por todos lados y destruirlos sin piedad; ven a sus progenitores como sus proveedores que están obligados a adquirir de inmediato la última novedad de sus adicciones. Este es el campo propicio para que el mal evolucione, se tecnifique y se manifieste en todo la más tenebrosa y terrorífica expresión. Esto sería el último peldaño para que las mismas entidades tenebrosas hagan su aparición y sean tan familiares a las nuevas generaciones, que se sientan identificadas con ellas. Aquí, ya estaríamos ante el poder infernal que se haría tan natural ante las nuevas juventudes, que, en vez de causar terror, encontraría multitudes aliadas y decididas a luchar contra los valores y hasta contra la misma naturaleza, por Ti establecida, oh Padre Bendito.
Oh Padre Santísimo: El Espíritu Santo nos está previniendo con Sabiduría celestial: “¡No dejes de disciplinar al joven, que de unos cuantos azotes no se morirá!” (Proverbios 23:13). Nuestra sobreprotección, nuestra necia tolerancia, nuestra imprudencia está propiciando que, en vez de tener hijos sanos, sabios, sensatos, productivos, con valores y obedientes, estamos incubando potenciales verdugos. Es evidente que YA MUCHOS DE LOS ACTUALES PADRES DE FAMILIA, EN NUESTROS HOGARES, NI LES HABLAMOS DE TI, OH DIOS NUESTRO, NI MUCHO MENOS LES INCULCAMOS EL TEMOR NI EL AMOR, NI LA GRATITUD HACIA TI, ¡A QUIEN TODO TE DEBEMOS! ¡ESTAMOS PROPICIANDO LA APARICIÓN DE NUEVAS GENERACIONES SIN ESPIRITU Y CON UN ALMA MISERABLE!
Padre Amado: los que aun tenemos puesta nuestra confianza en Ti, confesamos convencidos esta gran verdad: “¡Tú, oh Señor amas a los que odian el mal! ¡proteges la vida de Tus fieles, y los libras de las manos de los impíos!” (Salmo 97:10). “¡Muchas son las angustias del justo! ¡pero Tú nos librarás de todas ellas!” (Salmo 34:19). “¡Tú das un hogar a los desamparados y libertad a los cautivos! ¡los rebeldes habitarán en el desierto! (Salmo 68:6).
Padre Santísimo: Con todas las fuerzas y con todo el poder de nuestro espíritu redoblamos en Ti nuestra esperanza y en el Nombre de Tu Hijo Amado, vamos a continuar anunciando Tu Palabra que libera, que enaltece, que dignifica y en medio de tanta maldad, ¡Nos hace prósperos, benditos, productivos y muy capaces de luchar contra todo lo adverso por el bienestar de nuestras familias, pero siempre con la actitud de Josué: “Por nuestra parte, nuestras familias y nosotros, ¡SERVIREMOS AL SEÑOR!”. (Josué 24:15).
Padre amado: ¡Bendito seas desde ahora y para siempre! Amén.
P. Cosme Andrade Sánchez+