Ebrard, la alternativa vacía
Triques
Por José García Sánchez
Los seguidores de Marcelo, que estaban muy convencidos de pertenecer a la 4T, de un día para otro se convirtieron enemigos del Presidente de la República a quien culpan de la antipatía de su líder, porque estaba muy claro que no lo favorecían las encuestas. Pero como los seguidores de Marcelo andan en grupo, unos a otros se retroalimentaron su fantasía que iba ganando sin darse cuenta que tejían en el vacío. Marcelo nunca hizo un mínimo esfuerzo por ganar la encuesta, engañó a Morena y a sus seguidores. Él va por el golpe.
Los menos fanatizados señalan la posibilidad de que Marcelo siga vivo en la política denominándola la tercera alternativa, como si hubiera dos anteriores. No las hay. Intentando parafrasear la propuesta de Anthony Giddens, La Tercera Vía, que seguramente desconocen, como libro, al autor y como teoría.
Una persona tan egocéntrica y protagónica como Marcelo debió aceptar lo que le ofrecieron luego de hacer berrinche al conocer los resultados de la encuesta, pero prefirió seguir fingiendo que lo de él es la honestidad y la transparencia. Lo que ni siquiera sus seguidores le creyeron.
Algunos ni siquiera lo saben, otros no quieren darse cuenta, pero lo cierto es que caminan hacia el Golpe de Estado con más inconciencia que convicción atraídos por la figura de un hombre que quiso ser un presidente legalmente pero el rechazo social lo convertiría en una especie de Juan Guaidó de México si todo le sale bien a la derecha.
Los diputados de Morena que siguen a Ebrard son resentidos que consideran que debieron recibir más de la 4T pero su mediocridad y/o deshonestidad no se los permitió. Hay que ver con cuidado las fotografías de los diputados alrededor de Marcelo para darse cuenta que más de uno o una, debe estar en la cárcel.
Esos legisladores, que nunca toman la tribuna porque nada tienen qué decir, sólo siguen el bulto, advirtieron que van a esperar la resolución de la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena sobre la impugnación que hizo Marcelo pero esto va despacio, y con el pretexto de estudiar a fondo lo denunciado, será el próximo año, probablemente después de las elecciones que haya un fallo.
Hasta ahorita las propuestas políticas y administrativas de Marcelo se desconocen más allá del plagio de la tarjeta rosa que convirtió en pasaporte Violeta, y el proyecto de seguridad de corte fascista. La postura de Marcelo no se diseña para gobernar dentro de los esquemas establecidos, muchos menos dentro de la democracia, aunque se diga paladín de la transparencia de votos. La derecha seductora lo atrapó con sus encantos desde hace tiempo, y sus múltiples y estrechas relaciones con funcionarios estadounidenses, sobre todo del Partido Republicano, lo colocan como el principal sospechoso de preparar un golpe de Estado.
El desgaste que desde diferentes trincheras realizan sus seguidores contra Claudia Shienbaum, la 4T, y Morena, se han multiplicado tratando de desgastar el proceso interno de Morena que lleva un orden y congruencia con el objetivo de alcanzar el poder y no dividirlo ni compartirlo. La política es la búsqueda del poder y a veces es la propia política la que destruye la democracia, pero los partidos políticos se crean para ganar el poder no para complacer caprichos ni jugar a las vencidas. Los cuestionamientos, de los marcelistas forman parte de una visión muy particular, individualista y no de hechos sociales consumados.
La propuesta de Marcelo no llega a ser alternativa sino recurso de desesperación de una derecha que recurre a todo para recuperar privilegios y partir en dos, de una vez por todas, el gobierno progresista y democrático de López Obrador y sus disposiciones, obras y lineamientos.
América Latina no ha aprendido de sus golpes de Estado, sólo cuentan para su historia las victorias porque alejan las derrotas con el olvido, por eso nadie quiere hablar del tema a pesar d que son los que han creado la historia de la teoría política latinoamericana.