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Donde la calle no tiene nombre

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Donde la calle no tiene nombre
Por: Adrián Arévalo

En términos históricos, la calle 60 ha sido un eje central en la vida social y cultural de Mérida, albergando numerosos eventos y siendo el hogar de personajes importantes de la ciudad. Es la única que atraviesa la ciudad de sur a norte, además de ser la calle más larga de Mérida si contamos que se vuelve una hasta el puerto de Progreso.

De igual forma, a través de los años, ha sufrido muchas modificaciones para bien o para mal, con fines útiles y de propaganda, en fin, con esta renovación, se espera que continúe siendo un punto focal para la vida urbana, atrayendo tanto a turismo loca, nacional, extranjero, por igual.

La calle 60 de Mérida, Yucatán, tiene una historia rica y multifacética que refleja el desarrollo y transformación de la ciudad a lo largo de los siglos:

Durante la fundación y la época colonial, Mérida fue fundada por Francisco de Montejo “El Mozo” sobre los vestigios de la ciudad maya de T’Hó. La calle 60 formó parte del trazado inicial en damero de la ciudad.

La calle 60 parte de la Plaza Grande, sin duda el corazón colonial de la ciudad, que alberga edificaciones muy importantes, como la Catedral de San Ildefonso, cuya construcción comenzó en 1561 y fue terminada hasta 1598. Es una de las catedrales más antiguas de América Latina y un símbolo de la ciudad.

Ahí está también el Palacio de Gobierno, construido en el siglo XIX, que en su interior alberga murales del artista yucateco Fernando Castro Pacheco, pinturas que narran la historia de Yucatán.

Cómo olvidar que, en el edificio “El Gallito”, se realizó la primera comunicación telegráfica el 12 de noviembre de 1865.

Ya para el siglo XIX, Mérida experimentó un crecimiento significativo, consolidando a la calle 60 como una de sus principales vías. Se construyeron residencias y edificios de estilo neoclásico y porfiriano.

Inaugurado en 1908, el teatro Peón Contreras, hoy es uno de los edificios culturales más importantes de la ciudad. Su construcción marcó un hito en el desarrollo cultural de la capital.

Ya con el mundo en proceso de Industrialización y Modernización y el auge de la industria henequenera, la calle 60, comenzó a inundarse de edificios modernos y comercios, por eso la llamaban “la calle del progreso”

Como el caso de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), que fue fundada en 1922 y varias de sus facultades y edificios administrativos se encuentran a lo largo de la calle 60, contribuyendo a la vida académica y cultural de la zona.

Hoy la calle 60 pretende ser parte importante de un corredor turístico y gastronómico, por lo que estuvo durante meses en obras para realizar adaptaciones tales como, ampliación de banquetas, ciclovías además de la instalación de mobiliario urbano.

Un sitio con tanta historia no puede estar ajenos a hechos históricos, pues la vida de Mérida, pasa por la 60, a través del tiempo y el espacio.

A pesar de tener su historia prehispánica, de donde los españoles se agruparon para enfrentar la conquista del pueblo Maya, la calle 60 nace ahí.

Escenario de grandeshistorias, como la “Guerra de Castas”, donde la calle 60 y sus alrededores fueron escenarios de diversos eventos durante este conflicto, que marcó profundamente la historia de Yucatán, lo mismos con la revolución mexicana y los actos rebeldes del gran Felipe Carrillo Puerto.

La única constante en el desarrollo de la humanidad es el cambio y la calle 60 ha sido objeto de importantes proyectos de revitalización urbana, una vía que encapsula la historia y la evolución de la ciudad, desde su fundación colonial hasta su desarrollo contemporáneo como un corredor turístico y cultural.

La obra incluye la ampliación de calles, la creación de ciclovías, y la instalación de banquetas accesibles, rampas para personas con discapacidad, y guías podotáctiles para invidentes y se espera que estas mejoras impulsen la economía local al atraer más turistas y mejorar la experiencia de los visitantes. Esto incluye la instalación de mesas afuera de los negocios y la creación de espacios para carga y descarga de mercancías.

En cuanto a los materiales, se implementó concreto texturizado para diferenciar carriles y la ampliación de las banquetas, quieren una mejor circulación multimodal en el Centro Histórico.

Estas obras han traído también desgracias a los comerciantes que vivieron un viacricis económico por el tiempo que duraron las obras.

Algunos comerciantes y residentes sufrieron las dificultades ocasionadas por los cierres de calles y la alteración del tránsito. Además de criticar la inversión y priorización del proyecto, sugiriendo que los recursos podrían haberse destinado a otras áreas con necesidades más urgentes, como la mejora de servicios básicos o el apoyo a sectores vulnerables de la población, por ejemplo la salud.

Así la calle que no tiene nombre, es una de las más importantes y tradicionales en el Mérida de hoy y de ayer.

 


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