El “agandalle” de los “demócratas”
Por: Adrián Arévalo
En los congresos locales también arrasó el régimen y, no conformes con eso, quieren “agandallarse” curules que, por representación proporcional, no les corresponden.
Ya lo hicieron en la ciudad de México y sistemáticamente lo harán en los congresos locales.
Como ahora lo pretenden hacer en el congreso del estado, donde están haciendo todas las marrullerías posibles para quedarse con más asientos de los que les corresponden.
La representación política en Yucatán está estructurada para asegurar que los ciudadanos tengan voz en los procesos de toma de decisiones a través de un sistema mixto de mayoría relativa y representación proporcional. Sin embargo, a pesar de que el oficialismo arrasó, tienen sed de más.
Morena quiere ganar todo y si no lo hace, representa fraude o simplemente se lo toma, “haiga sido como haiga sido”.
Los recientes cambios en la composición del Congreso local y la asignación de diputaciones, han puesto de manifiesto varias deficiencias y retos en el sistema democrático del estado.
El Congreso local de Yucatán se integrará por primera vez con 35 diputados, un incremento notable respecto a legislaturas anteriores. De estos, 21 serán elegidos por mayoría relativa y 14 por representación proporcional (plurinominales).
En las últimas elecciones, la alianza encabezada por Morena obtuvo 17 de los 21 distritos de mayoría relativa, mientras que el PAN y sus aliados ganaron solo cuatro.
Entonces la “pluris” en Yucatán, quedarán de la siguiente manera: el PAN tendrá seis y el PRI, PVEM, PT y MC, dos cada uno.
Así es como el gobierno entrante tendrá un congreso a modo como en casi todo el país.
Esta distribución ha generado críticas y controversias, especialmente en cuanto a la equidad y representatividad del nuevo Congreso.
Una de las cuestiones más polémicas ha sido la asignación de diputaciones plurinominales. Jorge Ortega Cruz, representante del PAN estatal, anunció que su partido impugnará la decisión del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) de Yucatán sobre esta asignación, argumentando que viola la Constitución y las leyes secundarias.
La distribución de diputaciones plurinominales favorece injustamente a la alianza de Morena, reduciendo la representación proporcional y la pluralidad en el Congreso estatal. Esta impugnación refleja preocupaciones más amplias sobre la justicia del sistema electoral y la capacidad de las instituciones para garantizar una competencia equitativa.
La composición del Congreso, dominada por una mayoría abrumadora de Morena, debe plantear a la sociedad yucateca serias preguntas sobre la equidad y representatividad del sistema electoral.
La alta concentración de poder en un solo partido puede limitar el debate y la diversidad de opiniones en la legislatura, un aspecto crucial para una democracia saludable. Además, en Yucatán, como en otras partes de México, persisten prácticas de clientelismo y corrupción que socavan la confianza en las instituciones democráticas. La influencia de intereses particulares y el uso de recursos públicos para fines partidistas han sido el pan de cada día de este régimen y de las que Yucatán no está exento.
La independencia legislativa es otro aspecto crítico. La concentración de poder en el Ejecutivo estatal puede comprometer la capacidad del Congreso local para actuar como un verdadero contrapeso y ejercer una supervisión efectiva sobre el gobierno. Esta falta de independencia limita el potencial del Congreso para representar adecuadamente a los ciudadanos y garantizar que sus intereses sean considerados en la toma de decisiones políticas.
Fortalecer la autonomía del IEPC y garantizar que el Congreso local pueda actuar como un verdadero contrapeso al Ejecutivo son pasos esenciales.
La democracia en Yucatán, como en cualquier lugar, requiere un esfuerzo y vigilancia constante para ser fortalecida y perfeccionada, asegurando que todos los sectores de la sociedad tengan voz y sean escuchados en el proceso político, que a la ciudadanía se le respete su voto.
Aquí es donde se pone a prueba el discurso de los que se dicen demócratas, lo demás es pura palabrería.
¡Tak sáamal!