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“El capo que USA quería”        

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“El capo que usa quería” 
El juglar de la red

La detención de Rafael Caro Quintero no es un golpe letal a una de las cabezas más importantes de los cárteles de las drogas en México; era más una leyenda que un hombre con gran incidencia dentro de los grupos criminales en nuestro país; su figura era respetada pero su influencia en las grandes decisiones era marginal.

Sin embargo para el gobierno de Estados Unidos, particularmente para la Agencia antidrogas (DEA), representaba la impunidad, era un capo de las drogas que en su mejor momento logró escabullírseles. Desde el asesinato del agente Enrique “Kiki” Camarena en Jalisco, Caro Quintero fue un objetivo escurridizo para el gobierno de USA.

El 4 de abril de 1985, en San Rafael Ojo del Agua, Alajuela, Costa Rica, Rafael Caro Quintero fue detenido bajo tres cargos criminales: venta de drogas, privación de la libertad y asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena y del piloto Alfredo Zavala Avelar, así como el presunto secuestro de la tapatía, Sara Cosío. El Capo tenía 29 años y en ese momento era la cabeza del Cártel de Guadalajara, formaba parte de una triada de jefes que se complementaban con Félix Gallardo y Ernesto “Don neto” Fonseca, como quienes tenían el control del tráfico de drogas que desde México se enviaban a Estados Unidos.

Lo que determinó que el gobierno mexicano iniciara la cacería contra Caro Quintero, fue que el 8 de diciembre de 1984 se detectó en un rancho conocido como “El Búfalo”, ubicado en el municipio de Allende, Chihuahua, que el Capo edificó toda una agroindustria con la siembra de mariguana. El decomiso fue monumental, estimado en 8 mil millones de dólares de droga, el segundo aseguramiento más importante para la DEA en su historia y eso se debió a la información que proporcionó Enrique “Kiki” Camarena quien había logrado infiltrarse en el Cártel de Guadalajara. El agente de la DEA fue traicionado por el funcionario mexicano que trabajaba para la CIA, Félix Ismael Rodríguez, quien lo “puso” para que fuera torturado por el Cártel de Guadalajara hasta matarlo.

Rafael Caro Quintero estuvo en la cárcel desde abril de 1985 hasta el 7 de agosto del 2013, fecha en que fue liberado. Estuvo 28 años en la cárcel, pero salió en libertad por un “tecnicismo” judicial.

La causa penal 82/85-II le fue instruida por el secuestro y homicidio de Enrique “Kiki” Camarena y por el asesinato de Alfredo Zavala Avelar, pero las autoridades judiciales de México argumentaron que Caro Quintero no podía ser juzgado por el asesinato del agente de la DEA dentro del fuero federal, ya que Camarena no estaba acreditado como un agente diplomático o consular, por lo cual se le debió juzgar y procesar dentro del fuero común.

Cuando fue liberado el 7 de agosto del 2013 de inmediato la Suprema Corte de Justicia de la Nación revocó su acto de libertad y reactivó la orden de captura en su contra, es decir que tenía 9 años como prófugo de la justicia.

Captura de Caro Quintero en 2022

El gobierno de México ha negado la versión de que la DEA fue la aportante de la mayor cantidad de información para recapturar al capo en una zona del municipio de Choix, Sinaloa; pero dado que su detención se presentó justo luego de que el presidente López Obrador visitara a su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, se especula que fue una petición directa del gobierno de USA lo que obligó al de México a llevar a cabo la captura.

Luego de 38 años de que fue capturado por primera vez, se ha documentado que en la tortura y asesinato de Enrique Camarena no solamente estuvo involucrado el Cártel de Guadalajara, se menciona también a funcionarios del gobierno de aquella época y que están vigentes ahora, como el caso de Manuel Bartlett, de autoridades federales y estatales de Jalisco, e incluso se contó con la participación de agentes de la CIA, la Central de Inteligencia de USA.

Más allá de que Caro Quintero todavía tenía participación en los grupos criminales de Sinaloa, Sonora y Chihuahua, la realidad es que su papel no era determinante, ni se puede considerar que su detención incide en las estructuras del crimen organizado.

En todo caso, más parece que el Gobierno de México acató una solicitud del vecino país del norte, como una manifestación de cooperación y al entregarles a Caro Quintero les da la oportunidad de poder precisar que de la justicia en Estados Unidos no se escapa nadie.

Pero falta que decidan extraditarlo hacia ese país. Si Rafael Caro Quintero se queda en México, no se estará cumpliendo con la solicitud de Estados Unidos; pero enviarlo significa que el Capo revele algunos detalles importantes e involucre a funcionarios del gobierno actual en los hechos de tortura que se registraron desde el 8 de febrero de 1985 hasta el 19 del mismo mes y que no se olvidan en la DEA.

En California lo espera un juzgado, pero en México dudan entregarlo.

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