“El gobernador de Sonora y su espiral”
El Juglar de la Red
Desde el martes de la semana pasada, el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo Montaño, entró en una espiral que lo ha llevado de gazapo en gazapo, incluso faltando a la verdad o en su defecto, exagerando circunstancias y tratando de asumir un liderazgo que luego es desmentido por el propio presidente de la República.
Ya desde la gira presidencial de hace dos fines de semana, Alfonso Durazo traía el santo de espaldas.
En la gira le fue mal. No solamente porque el presidente Andrés Manuel López Obrador ignoró sus peticiones de apoyo para realizar sus proyectos de infraestructura, tampoco por que las lluvias que afectaron Guaymas y Empalme fueron tan copiosas y generaron tantos daños y damnificados pero, ocupado como andaba en la gira con el Presidente, dejó para un segundo momento atender la contingencia natural lo cual se convirtió en una crítica por la insensibilidad mostrada.
Pero no fue eso lo que determinó que le fuera mal; lo que sucedió es que en un intento de generar una percepción positiva de lo sucedido en la gira presidencial, intentó “madrugar” diciendo que el presidente le había confiado la misión de crear una empresa para atender todo lo relacionado con el litio y hasta dijo que estaría creando una empresa local para que diera seguimiento a esa encomienda presidencial.
Parecía una gran deferencia hacía Durazo Montaño; pero unas horas después se anunció que por decreto presidencial se creaba LitioMx, la empresa paraestatal que se haría cargo de todo lo referente a los yacimientos de litio en México.
Todavía se brindó el beneficio de la duda al gobernador Alfonso Durazo y se pensó en una mala jugada presidencial, una de esas trastadas que el presidente López Obrador suele tener con sus allegados y que los obliga a tragarse sus dichos o anuncios. Pero los hechos posteriores demostraron que Alfonso Durazo quiso asumir el liderazgo de un proyecto que nadie le asignó.
A los días del decreto que creaba LitioMx, el gobernador de Sonora se reunió con el presidente López Obrador, ahí se le tuvo una consideración política: que llevara una propuesta para dirigir LitioMx y su propuesta fue Daniel Taddei Arriola, el hijo del delegado del Bienestar en Sonora, lo cual fue aceptado por AMLO.
Pero Durazo Montaño salió diciendo de esa reunión que él era el líder del proyecto, que el presidente se lo había encargado personalmente y que la sede de LitioMx estaría en Sonora.
En términos legales el gobernador de Sonora no tiene ninguna participación en esa empresa paraestatal, no forma parte del consejo que la va a dirigir, la sede no está en Sonora sino en la Ciudad de México y su papel es meramente pasivo.
El gobernador entró en una espiral de afirmaciones que una a una fueron desmentidas, en algunos casos por el presidente López Obrador o en otras por los documentos que le dan vida a LitioMx; en ningún caso él apareció.
Al momento no existe ningún anuncio del presidente López Obrador que ubique al mandatario de Sonora como el líder de LitioMx, en el decreto tampoco aparece, todo lo que se ha dicho al respecto ha salido de boca del propio Alfonso Durazo y cada una de sus afirmaciones se ha ido cayendo.
Pero ¿por qué tanta necesidad de ese reconocimiento? ¿para qué presionar con declaraciones que no se sustentan en nada y de las cuales no hay nada que las oficialice? Durazo Montaño no necesita mentir para gobernar, pero de pronto recurrió a ese recurso.
Decir mentiras es un recurso al que acuden muchos políticos, pero incluso para eso deben ser muy buenos y la mentira debe durar algún tiempo antes de que la verdad aparezca. Pero en el caso de Alfonso Durazo sus aseveraciones no se sostienen más que por unas cuantas horas y luego la verdad las rebasa.
A estas alturas queda claro que el gobernador de Sonora ni es el líder de LitioMx; ni la empresa se asentará en Sonora y menos se sostiene que el gobierno de la entidad tiene injerencia en las decisiones de esa empresa. Es decir todo estuvo en la imaginación de Alfonso Durazo.