“¿Isstey, el Fobaproa yucateco?”
Emporio
Luego de que la mayoría del PAN aprobara la nueva Ley del Isstey, pareciera que pese a las protestas de los trabajadores que cerraron por unas horas el periférico de la ciudad el tema ya quedó superado, que los trabajadores sindicalizados del Gobierno del Estado ya asimilaron la nueva reforma.
Y hasta el momento pareciera que todo quedó resuelto; la mayoría panista aseguró que de no darse la reforma al Isstey, el organismo estaba condenado a colapsar y con ello las pensiones de los trabajadores sindicalizados del gobierno yucateco.
Hasta ahí todo parece indicar que se hizo lo correcto. No se puede arriesgar las finanzas públicas estatales y tampoco se puede poner en riesgo las pensiones de los trabajadores que dejan una buena parte de su vida en el servicio público estatal.
Pero hasta el momento nadie, por lo menos públicamente, ni el poder ejecutivo ni el legislativo, han dicho qué pasará con los responsables del millonario quebranto al Isstey. Se habla de miles de millones de pesos desde la época que gobernaron Yucatán los priístas Ivonne Ortega y Rolando Zapata, pero ninguna autoridad de hoy precisa a cuánto asciende la pérdida.
Son muchas las voces que apoyan la decisión del Gobierno de Yucatán por rescatar el programa de pensiones de los trabajadores, incluso a cuesta de que se les incrementen sus cuotas sindicales, pero esas voces también exigen castigo a los causantes del quebranto.
Se habla de que en el gobierno de Patricio Patrón Laviada, el Isstey tenía en sus arcas 1,800 millones de pesos.
Pasaron dos administraciones, la de Ivonne Ortega y la de Rolando Zapata. ¿Qué pasó con todos esos recursos? ¿Dónde se utilizaron? ¿Qué pasó con el dinero producto de los impuestos de los trabajadores en 12 años? ¿Quién o quiénes se quedaron con esos recursos? Si el actual gobierno, que se aventó el tiro político con los trabajadores estatales por modificar la Ley del Isstey, no hace nada por castigar a los responsables del quebranto, también se estará convirtiendo en cómplice del atraco a Yucatán.
Nota bene…
La primera planta de autopartes de la firma japonesa Uchiyama Manufacturing Corporation en México será la segunda más grande de la firma a nivel internacional, además representa una inversión de 65 millones de dólares (1,300 millones de pesos), así como la creación estimada de 1,000 empleos directos y 5,000 indirectos, en los próximos 5 años.