“La inutilidad de aumentar de 25 a 35 los diputados en Yucatán”
Dale, Dale, Dale
Por Jesús Mejía
Recientemente el Congreso del estado de Yucatán aprobó por mayoría aumentar de 25 a 35 sus escaños, luego de un enconado debate en la tribuna del Poder Legislativo y que continúa en la opinión pública.
Entre las justificaciones a este incremento de los legisladores se ha expuesto la necesaria representatividad que debe tener la población yucateca, la cual ha aumentado, de tal forma que habría una reorganización de los distritos locales.
De acuerdo con el dictamen aprobado serán seis los nuevos representantes populares de mayoría relativa, es decir, aumentará de 15 a 21 los diputados electos de igual número de distritos, mientras que incrementará de diez a 14 los plurinominales o de representación proporcional.
En términos políticos, se trata de contrarrestar la sobrerrepresentación de los partidos mayoritarios, que fue el caso del PAN de Yucatán tras las elecciones de 2021 y dar cabida a más legisladores de la oposición.
La diputada priista promovente de esta iniciativa, Karla Franco, argumentó que contar con más distritos uninominales hará posible que los 106 municipios estén mejor representados, pues se dispondrá de nuevos diputados de mayoría y, por ende, se fomentará una mayor participación en los comicios en todas las localidades.
Esto, dijo la legisladora, “obligará a que las y los legisladores eleven la calidad de su trabajo y el nivel de análisis en la toma de decisiones, lo que generará mejores leyes, así como una corresponsabilidad social para regresar a los territorios y rendir cuentas a sus votantes”.
Sin embargo, como ciudadano expongo diez razones por las cuales no deberían haber aumentado los escaños en el Congreso estatal.
1) El Congreso desconoce el principio de austeridad del gasto público que promueve el actual gobierno estatal, ya que el presupuesto para el Congreso, en vez de bajar, ha aumentado: en 2016 fue de 132.9 millones de pesos y en este 2022 es de 225.5 millones de pesos, o sea, un 41 por ciento más, que comprende los recursos asignados y a la Auditoría Superior del Estado de Yucatán.
2) En 2016 el gasto por cada diputado fue de 5.3 millones de pesos al año, o sea, cada habitante de Yucatán gastó por diputado 61.95 pesos. En 2022 cada legislador representa el ejercicio del presupuesto de nueve millones de pesos al año, o sea, más de cien pesos per cápita.
3) Con los nuevos legisladores, a partir de 2024 el Congreso aumentará en un 39 por ciento su presupuesto anual para alcanzar aproximadamente los 315 millones de pesos que necesitará a fin de resolver necesidades de gasto corriente, aumento de personal administrativo y egresos de las operaciones de las comisiones permanentes sin excluir la labor de la auditoría interna.
4) No se trata de mayorías y minorías, sino de la profesionalización y de la experiencia legislativa, ya que hay una enorme improductividad de la mayoría de los 25 diputados que sólo hacen labor de esquiroles o levanta dedos como estrategia individualista o partidista.
5) Cuando son candidatos a representar a sus distritos locales prometen ser gestores y representar los intereses de sus conciudadanos, lo que en los hechos se convierte en una representación ficticia y, por eso, ya nadie les cree en campañas.
6) Pese al bombardeo de la imagen pública de los candidatos a diputados en procesos de proselitismo, difícilmente son conocidos por los ciudadanos de su distrito, o sea, no se toma en cuenta a los verdaderos líderes comunitarios o individuos de arraigo de colonias y fraccionamientos.
7) Es una constante de que, una vez electos, los legisladores se olvidan de su responsabilidad y se convierten en elementos perniciosos para la vida democrática, ya que en vez de legislar y sostener debates de altura en la tribuna, sólo actúan por conveniencia propia, consigna partidista o como apéndice del Poder Ejecutivo.
8) En 2015, de acuerdo con los índices de confianza ciudadana dados a conocer por el INEGI, 9 de cada 10 personas de 18 años y más consideró que la corrupción se observa de manera frecuente en las policías y los partidos políticos. Hoy esta apreciación no ha cambiado mucho.
9) Consulta Mitofsky ha publicado encuestas que corroboran los datos del INEGI, los cuales señalan que de todas las instituciones, las que menos confianza le generan al ciudadano son las relacionadas con la política: los partidos, los diputados, los senadores y los sindicatos.
10) Y es por eso que los ciudadanos en general preguntan: ¿Para qué más diputados?
Por todo lo anterior, resulta necesario invertir en la profesionalización del Congreso local y en las auditorías mediante el servicio profesional de carrera para terminar con la improvisación y la improductividad y eliminar el uso de puestos de forma clientelar y partidista en áreas administrativas, de investigación, comunicación y transparencia.
A nivel federal, el partido Morena busca, mediante su guía moral y político, AMLO, reducir la composición del Congreso de la Unión, es decir, eliminar las curules plurinominales para garantizar el ejercicio hegemónico en la vida política del país, medida que el PRI también promovió en su momento, pero eso es otro tema, harina de otro costal.