La salud de los panistas
Triques
Por José García Sánchez
El PAN adoptó el tema de la salud porque es con el que pueden realizar mejor su estrategia sentimental, ese partido en lugar de tener proyectos cuenta con el melodrama como columna vertebral de sus propuestas y convencer a un sector de la población poco ilustrado y poco informado. Ese es su universo que, afortunadamente, se extingue ante el conocimiento e información de los ciudadanos.
Desde la pandemia el PAN adoptó a la salud como eje de su trabajo político, ideológico y legislativo. La falta de nexos con la gente, les impidió tener proyectos de mayor amplitud y en lugar de cooperar con la estrategia de vacunación la desacreditaron y descalificaron. Luego vino la protesta por la falta de medicamentos para los niños con cáncer, encabezada por el panista Israel Rivas Bastida, que terminaron siendo 5 personas que cerraban el acceso del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y de ellos ni la mitad sabía las causas de su presencia en el cierre de calles. Todavía hay gente que cree que no hay medicamentos a causa de esas movilizaciones y el comedimiento de los medios para darle espacios a estas supuestas quejas.
Así, los medicamentos son la esencia del melodrama del PAN, carente de posturas serias y de argumentos sólidos. Lo mismo afirma que no hay suficientes vacunas o que se han muerto cientos de niños por falta de medicamentos, nunca dan los nombres ni la ubicación de esos supuestos decesos. Aseguran que hubo más muertos en la pandemia de los reportados oficialmente pero no muestra pruebas ni testimonios.
En fin, la salud ha sido el caballito de batalla de los panistas cuando en realidad lo que deben pensar los mexicanos es en la cantidad de muertos que hubiera habido si Ricardo Anaya estuviera en la Presidencia de la República.
Felipe Calderón dejó 64 hospitales inconclusos, inaugurando, en su momento, sólo la fachada. Y ahora que los panistas retoman el tema de la salud con el rechazo contundente e irracional por la presencia de médicos cubanos, resurge la información acerca de que durante el sexenio de ese panista envió a los lugares apartados del país, ante la falta de médicos envió ingenieros agrónomos, quienes al mismo tiempo que atenderían a los enfermos harían sus prácticas en esas tierras. Las visitas de los ingenieros de la salud se realizaban una vez a la semana.
Así, se les armó de baumanómetro y estetoscopio un paquete básico de medicinas y curitas. Es decir, como si los pobres fueran ganado. Prueba fehaciente de que los medios mexicanos, desde el sexenio de Calderón, no querían ir a las zonas apartadas del país. Pero eso ni lo recuerdan ni lo dicen los panistas. La denuncia fue dada a conocer públicamente por Carolina Rocha en un diario de circulación nacional.
Quienes menos tienen calidad moral para cuestionar algo sobre la salud son los panistas, sin embargo, por tratarse de un tema sentimentaloide, que no requiere de más conocimiento que el lagrimeo y mayor información que la conmiseración, los panistas tienen en este rubro su mejor arma todavía. La han usado por más de tres años.
El PAN adopta temas de sencilla exposición, adaptados a los sentimientos más convencionales y trata de hacer de la política una práctica personal y no social. Porque al exponer el problema parte de los casos individuales y no de la situación social, como conservadores confesos, aseguran que parten de la persona para llegar, más tarde que temprano, al bien común que es la sociedad. Desconocen una sociedad organizada si no se muestra como la suma de individualidades. No hay trabajo en equipo, sólo competencia. De ahí su gran derrota en la práctica política.