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Litio: el oro blanco mexicano que se debería nacionalizar

Litio: el oro blanco mexicano que se debería nacionalizar

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El enorme potencial de México en la producción del litio ha llamado la atención de más de una decena de empresas de todo el mundo interesadas en la extracción de este mineral llamado a ser el petróleo del futuro.

Columna: Expedientes MX
Autor: Norberto Vázquez

Como suele sucede, en el Senado de la República se dirime de todo: pleitos políticos, propuestas legislativas banales, dimes y diretes electorales, y toda la confrontación parlamentaria que conlleva la diversa representación partidista en el Congreso de la Unión. No obstante, los planteamientos que buscan proteger los recursos naturales nacionales, los bienes económicos y ambientales del país, simplemente pasan de noche o terminan en la congeladora parlamentaria. Esa es la realidad.

Le cuento esta historia amigo lector, como muestra de ello. Con reservas probadas por 243.8 millones de toneladas de litio, el proyecto Sonora Lithium se posiciona como el más grande del orbe. Dicho proyecto ubicado en este estado, concentra este elemento químico que entre otras cosas, permite almacenar energía, por lo que este es  un recurso estratégico a nivel mundial para el desarrollo de la industria automotriz en cuanto a la fabricación de baterías de vehículos eléctricos, así como también para la telefonía, la industria militar y la farmacéutica.

El mercado del litio es creciente, ya que la demanda aumenta año tras año, esperándose un crecimiento promedio de entre 10% y 12% anual en los próximos 5 años. Para el 2019 la demanda mundial de litio se estimó entre 220.000 y 240.000 toneladas de carbonato de litio equivalente (LCE).

Con la entrada en vigor del T-MEC, la explotación del litio cobra relevancia, debido a que los fabricantes de vehículos eléctricos, que dominarán el mercado, tienen que desarrollar una cadena de suministro en Norteamérica. Según el nuevo acuerdo comercial, la batería de litio es uno de los siete componentes esenciales que deben acreditar 75% de contenido regional, a fin de que las unidades ensambladas puedan comercializarse en los tres países libres de aranceles. Para lograr este objetivo, la industria automotriz cuenta con un plazo de tres años, por lo que  se pronostica que la demanda del llamado “oro blanco” se elevará en medio del creciente mercado de baterías de litio para vehículos eléctricos.

Una vez revelado el enorme potencial de México en la producción del litio, hay que decir que más de una decena de empresas se han interesado en la extracción de este mineral, llamado a ser el petróleo del futuro. De hecho, tras darse a conocer que el país tiene el mayor depósito en desarrollo del mundo, inmediatamente arribó la gigante china Ganfeng, y que le digo, como jauría se está dando la llegada de muchas compañías extranjeras más.

Y es ahí en la región limítrofe entre Chihuahua y Sonora, que también ya comenzó a operar la actividad del crimen organizado por –ahí fue atacada la familia LeBarón– ser el corazón de un negocio nunca antes explotado en el país: el litio.

De acuerdo con el Sistema Integral sobre Economía Minera del Servicio Geológico Mexicano (Sinem), las firmas transnacionales que han puesto pie en el mega yacimiento mexicano de litio son: Alien Metals y Cadence Minerals (Reino Unido); Bacanora Minerals, Infinite Lithium, One World Lithium, Organimax Nutient, Radius Gold y Zenith Minerals (Canadá); Lithium Australia (Australia), Sutti Mining (España), Pan American Lithium (EU) y Ganfeng (China).

Pero no sólo es Sonora, en San Luis Potosí-Zacatecas, la mexicana Litiomex y la española Sutti Mining tienen un proyecto denominado Salinas Lagoon, el cual se estima contiene 8 millones de toneladas de litio. En Baja California existe un proyecto en exploración denominado El Salar del Diablo, el cual está en manos de la canadiense One World Lithium, el cual, de acuerdo con su página web, se encuentra en la tercera etapa de perforación.

El litio es un componente clave en el creciente mercado mundial, por lo que es necesario nacionalizarlo como el petróleo y que nuestro país tenga el control, así como hacer mejoras para evitar la contaminación al medio ambiente. Ya existe una propuesta legislativa para modificar el artículo 27 constitucional con esta finalidad. Y le cuento, nadie tomó en serio este ofrecimiento del senador, Alejandro Armenta.

En 2019, el pago de impuestos de las mineras representó 0.5 % de los ingresos de las finanzas públicas, por lo que el fortalecimiento del Estado en la exploración minera dejaría un beneficio económico más redituable para las arcas públicas.

Así de fácil: las concesiones no son suficientes en materia regulatoria,  ni son rentables para los ingresos del erario público, ya que no dejan grandes entradas para las regiones poblacionales vecinas a las minas, en comparación de los recursos que las compañías extranjeras obtienen por este mineral. Por el momento, el litio, debería ser el oro blanco mexicano que se debería nacionalizar.

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