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Sobre representación y moral

Sobre representación y moral

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Sobre representación y moral
Por: Adrián Arévalo

La reciente victoria abrumadora de Morena y sus aliados en las elecciones de 2024 no solo marca un nuevo capítulo en la historia política de México, sino que también plantea serias preocupaciones sobre la salud de nuestra democracia. Más allá de los números y las celebraciones partidistas, es crucial examinar de cerca un aspecto particularmente preocupante: la sobre representación en el Congreso.

Pero, ¿qué es exactamente la sobre representación y por qué debería importarnos?

En México, la sobre representación se refiere a la situación en la que un partido político obtiene más escaños en el Congreso de los que le corresponden proporcionalmente a su porcentaje de votos en las elecciones. Este fenómeno está regulado por la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE) y la Ley General de Partidos Políticos (LGPP), que establecen un límite máximo del 8 por ciento de sobre representación para evitar la concentración excesiva de poder en un partido.

Los resultados del 2 de junio de 2024, queda claro que el régimen no busca la equidad, quiere todo el pastel.

Si bien Morena obtuvo el 40 por ciento de los votos, según las reglas establecidas, le correspondería el 48 por ciento de los escaños en el Congreso. Sin embargo, cuando se suma el porcentaje de votos de todos los partidos de la coalición, el resultado supera el 54 por ciento, lo que plantea un problema de sobre representación que no puede pasarse por alto.

El caso de Morena y sus aliados es un ejemplo preocupante de sobre representación en la política mexicana. A pesar de obtener una victoria contundente en términos de votos y escaños, su proporción de escaños en el Congreso excede significativamente su porcentaje de votos.

Este desequilibrio en la distribución de escaños no solo distorsiona el proceso democrático, sino que también socava la legitimidad y la equidad del sistema electoral mexicano. A pesar de que cada partido individualmente cumple con el límite del 8 por ciento establecido por la Constitución, la suma total de los porcentajes resultaría en una sobrerrepresentación del 18 por ciento para el oficialismo.

Este escenario plantea serias preocupaciones sobre el funcionamiento de nuestra democracia y la integridad de nuestras instituciones políticas. En primer lugar, la sobre representación socava el principio fundamental de representatividad equitativa, ya que otorga una ventaja injusta a ciertos grupos políticos sobre otros. Esto distorsiona el proceso democrático al privilegiar a una minoría sobre la mayoría y reduce la diversidad de opiniones y perspectivas en el Congreso, Morena busca obtener más poder del que realmente les corresponde según el apoyo que ha recibido de los ciudadanos. Esto distorsiona el proceso democrático.

Además, la sobre representación puede conducir a una concentración indebida de poder en manos de un solo partido o coalición, lo que socava los mecanismos de rendición de cuentas y control democrático. Esto crea un entorno propicio para posibles abusos de poder y corrupción, ya que los partidos sobre representados pueden actuar con impunidad y sin suficiente escrutinio por parte de la oposición y la sociedad civil.

La distribución desigual de escaños en los distritos electorales y la asignación de escaños de representación proporcional son algunos de los factores que contribuyen a la sobre representación. Sin embargo, más allá de las cuestiones técnicas y legislativas, es importante reconocer el impacto real que tiene este fenómeno en la vida de los mexicanos y en la calidad de nuestra democracia.

En última instancia, la sobre representación no solo es un problema técnico o legal, sino también un desafío moral y político que requiere una respuesta urgente y decidida. Los ciudadanos deben exigir reformas electorales que promuevan una representación más equitativa y justa en el Congreso, así como una mayor transparencia y rendición de cuentas en el proceso político en su conjunto.

En un momento en que la democracia está bajo amenaza en todo el mundo, es fundamental que México defienda y fortalezca sus instituciones democráticas, garantizando que cada voz sea escuchada y que cada voto cuente. La sobre representación es solo un síntoma de un sistema político enfermo, y es responsabilidad de todos nosotros trabajar juntos para curar nuestra democracia y construir un futuro más justo y democrático para todos los mexicanos.

Pero sabemos que pare el régimen la moral es tan solo un árbol de moras.

 


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