¿A que hora es mejor hacer ejercicio?
Conocer tu organismo antes de dar el primer paso en la rutina del ejercicio es importante para que puedas lograr las metas que te propongas.
Un buen rendimiento físico durante el día está en muchos casos relacionado con una buena calidad de sueño durante la noche. Esto permite al organismo una adecuada recuperación y, por lo tanto, un mejor rendimiento al día siguiente. En aquellas personas que sufran de problemas de sueño, esto podría ser un aspecto de gran relevancia.
Hormonas
En principio, durante la mañana y en personas sanas, encontramos mayores niveles de cortisol y de testosterona. La primera de ellas es la denominada hormona del estrés, y está relacionada con el catabolismo, o dicho de otra manera y en lo que aquí nos resulta de interés, degradación proteica.
La testosterona por su parte, es una hormona anabólica, es decir, de síntesis proteica y sus niveles elevados durante la mañana podrían contrarrestar los niveles de cortisol.
Podríamos pensar en aprovechar los efectos de estas hormonas para conseguir un mejor rendimiento al hacer ejercicio. Sin embargo, y aunque parece que entrenar durante la tarde ayuda a disminuir los niveles de cortisol hacia las últimas horas del día facilitando el descanso posterior, los estudios son contradictorios en este sentido.
Sistema nervioso
La hora a la que se realice el entrenamiento podría tener un efecto diferente sobre nuestro sistema nervioso autónomo. Este se subdivide a su vez en sistema nervioso simpático y parasimpático. El primero de ellos se relaciona con situaciones de estrés y alerta, mientras que el segundo tiene el efecto contrario en nuestro organismo, para entendernos, genera un estado de calma en el mismo.
La práctica de ejercicio físico crea cambios sobre el sistema nervioso autónomo, lo cual puede alterar la calidad del sueño durante la noche. Para analizar y entender los cambios sobre este, se pueden estudiar las modificaciones que provoca sobre la frecuencia cardíaca.
Debemos entender que un entrenamiento intenso aumenta la frecuencia cardíaca tras el esfuerzo, debido al estímulo sobre sistema nervioso simpático. En ese sentido, sabemos que un entrenamiento por la tarde podría en algunas personas empeorar la calidad del sueño. Además, la ciencia nos muestra que un entrenamiento por la mañana genera un aumento hacia las últimas horas del día del sistema parasimpático y no interfiere en la calidad del sueño ni en la recuperación para el día siguiente.
Conclusión
La ciencia es más o menos concluyente en cuanto al entrenamiento de fuerza. En principio, si tenemos que elegir, deberíamos entrenar durante la tarde. En este período del día los niveles de activación y contracción muscular suelen ser mayores. Es por tanto, en comparación con la mañana, donde mayores picos de rendimiento se consiguen.
No sucede lo mismo en el caso del entrenamiento aeróbico, donde no parece que haya una gran diferencia entre los resultados obtenidos a unas horas u otras.
De la misma forma, el entrenamiento anaeróbico de corta duración consigue sus mejores picos de rendimiento hacia la tarde. Esto podría ser debido al aumento de la temperatura corporal durante este período, lo cual tiene un buen efecto de precalentamiento en el organismo propiciando un mejor estado posterior.