Oración a Dios para nuestras ansiedades ¡OREMOS AL SEÑOR!

“¡No temas, María! Porque, ¡has hallado gracia delante de Dios!” (San Lucas 1:30), Oración a Dios para nuestras ansiedades.
Padre Santísimo: te saludamos porque este despertar, ¡ha sido espectacular!¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR TEN PIEDAD!

¡Qué dichosos son quienes tienen, disfrutan, proclaman y están envueltos en tus divinos favores! ¡Cómo la gracia, el favor divino, las bendiciones, las atenciones y hasta las riquezas persiguen a quienes tú distingues de manera especial!

¿Por qué traer a la memoria las derrotas, los fracasos, los infortunios, las enfermedades, las desilusiones, los dolores y los desaciertos? ¿Por qué escribir en la bitácora de nuestra vida lo que no vale la pena ni es de interés y ni reporta utilidad alguna para ser digna de mencionarse?

Si estamos contigo, padre de las victorias, de los triunfos, de los éxitos, de lo excelso, de lo sublime y de lo extraordinario, que realmente supera a todo lo material, ¿para qué perder el tiempo en aquello que ya nada significa ni nada cuenta?

Oración a Dios para nuestras ansiedades: Estamos ante ti, para poder hacer un recuento de todo

Padre Santísimo: Hoy estamos ante ti, para poder hacer un recuento de todo lo que “nos ha dado renombre”, nos ha hecho más semejantes a ti, nos ha hecho más competitivos y hasta nos ha hecho trascender a lo común, a lo ordinario y a lo material.

Ante tu presencia hoy estamos considerando tu gran favor del que gozó tu siervo David, quien ni siquiera lo ponderaba su padre entre sus mejores hijos y sufría el desprecio de sus propios hermanos, pero fue capaz de defender a su rebaño matando al oso y al león, terminando derrotando al mismo Goliat.

Padre Santísimo: nuestra mente tiene muy presente en este momento estas palabras de vida que nos presenta el Espíritu Santo: “Porque el que me halla, HALLA LA VIDA Y ALCANZA EL FAVOR DEL SEÑOR.” (Proverbios 8:32).

Oración a Dios en ti, Señor y Padre, encontramos los favores que ya muchos quisieran tener

Fuimos afortunados EN ENCONTRARTE A TI, QUE ERES LA FUENTE DE LA VIDA, quien estás dispuesto a colmarnos de tus favores, de tus consideraciones y de tu altísima estima.

Con este hallazgo, solo nos resta el tenerle un altísimo aprecio y hacernos cada día más dignos de ser lo que ya hemos logrado, que ya está en nuestro poder y que sigue siendo un tremendo potencial al infinito.

En estos tiempos que presagian la antesala del final de los tiempos, como en los días que antecedieron al diluvio, nos sentimos sumamente complacidos, porque en ti, Señor y Padre, encontramos los favores que ya muchos quisieran tener. Estamos a la altura de tu siervo Noé, “quien halló gracia ante tus ojos.” (Génesis 6:8).

Vivir en gracia, estar llenos de gracia y siempre favorecidos por el torrente motriz de lo divino, es ser tan afortunados como la bendita madre de tu hijo amado.

Padre Santísimo, no resaltas en tu divina palabra, Oración a Dios por las debilidades.

La Virgen María, proclamada por ti, Padre Santísimo, a través de tu siervo Gabriel, como LA LLENA DE GRACIA, LA COLMADA DE TUS FAVORES, DE TU AMISTAD Y HASTA CONVERTIDA EN EL PRIMER TEMPLO VIVIENTE QUE CONTUVO A LA DIVINIDAD.

Nos mueve a ser muy precavidos para no perder tu amistad, tus favores y la llenura de tu gracia, para tener en nuestro interior LA MISMA PRESENCIA DIVINA DE TU HIJO AMADO.

Rebozamos de tus favores, por el amor que le tienes a quien vive en nuestro interior, aparece y brilla su luz serena y celestial en nosotros, de modo que, ¡ya no somos nosotros quienes nos mostramos al mundo, sino que es la viva y divina imagen poderosísima que proyectamos ante los demás.

Pensar en los tropiezos, en las aflicciones, en la sangre, en el sudor y en el llanto del ayer, es perder el tiempo y almacenar basura.

Aquí estamos nosotros, los de este equipo de oración  a Dios para nuestras ansiedades

Así como tú, Padre Santísimo, no resaltas en tu divina palabra, las debilidades de David, sino SU DESTREZA, SU VALOR, SUS SUEÑOS, SUS IDEALES, SU AMOR, SU LEALTAD Y SU PERSEVERANCIA, EXCLAMANDO Y PROCLAMANDO:

“He encontrado en David, hijo de Isaí, “A UN HOMBRE CONFORME A MI PROPIO CORAZÓN”; ¡él hará todo lo que yo quiero que haga!” (Hechos 13:22).

Padre Santísimo: aquí estamos nosotros, los de este equipo de oración de la ferviente súplica. ¡Distínguenos! ¡Ámanos! ¡No veas nuestras debilidades!

¡Ve lo muchísimo que aun puedes hacer con nosotros! ¡No nos limites en nada, Padre Omnipotente! ¡Te aseguramos que en cada uno de nosotros encontrarás a un Nuevo David, a un nuevo Sansón, a un nuevo Josué y a un nuevo Pablo! ¡Bendito seas, Padre de los atrevidos! Amén.P. Cosme Andrade Sánchez+