Oración para tener confianza y se logren nuevas oportunidades.

¡NUNCA MÁS SERÉ IGUAL QUE AYER! ¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!

¡Buenos días, Padre Santísimo! ¡En este bendito madrugar extraordinario venimos a gozar de Tu presencia!

Oración para tener confianza: Padre Santísimo la mujer de Sarepta de Sidón, hizo lo que no es lógico ni coherente… ¡Hizo algo extraordinario y sin sentido al obedecer a tu siervo Elías!

Lo sensato es que ella y su hijo comieran lo que ya estaban preparando para saciar un poco su hambre y después, esperar la muerte.

Cuando el profeta Elías le pide además del vaso con agua, una torta cocida en las cenizas, ella le hace saber que solo le quedaba la harina y el aceite necesario para preparar dos tortas, porque ante la sequía que trajo hambruna en todo el mundo, muchos tuvieron que morir de hambre.

La mujer obedece y cree en la palabra del profeta y le prepara una torta para él y se da cuenta que de esa racioncita salieron 3 tortas y ni la harina ni el aceite faltaron día tras día,  ¡porque la mujer y su hijo obedientes a la voz del profeta, estaban presenciando a diario un milagro increíble, único y extraordinario!

¿Qué muchísima gente a diario moría de hambre, de tristeza, de dolor y en medio de tan extrema necesidad? ¡Sí fue muy cierto! Pero tú, Padre Santísimo, les enviaste a tu siervo Elías y lo convertiste en la extensión de tu brazo salvador, misericordioso y providente.

Padre Santísimo: Oración para tener confianza

Esta mujer es la mejor prueba de lo que tú sabes y estás siempre dispuesto a hacer a quienes creen en tu palabra, en quienes ponen toda su confianza en ti y en tu hijo amado y, en quienes se dejan conducir por la iluminación del Espíritu Santo.

Padre Santísimo: ¡Qué maravilloso es que obedezcamos la palabra de vida cuando es proclamada con fe! ¡La fe convertida en obediencia ciega es la que produce el milagro!  ¡La fe puesta en movimiento nos cambia las tinieblas en luz que disipa toda oscuridad!

¡Nunca más debemos repetir las necedades del ayer! Hoy, tú, Padre Santísimo, haces todo nuevo y anhelas que también nosotros hagamos lo mismo.

Tú has enviado a Cristo nuestro Salvador para que a ejemplo de Elías, él sea quien nos invite a creerte en tu palabra, a confiar en que a diario todo se renueva, porque cuando el ayer se repite, es signo de que aun estamos caídos.

Vivimos en opresión de maldición, aun seguimos viendo con miopía exagerada, aun no alcanzamos a escuchar con toda claridad a nuestro divino salvador, quien viene a levantarnos, a darnos aliento de vida, a que aprendamos a vivir de fe, actuar con fe, a visualizar todo aquello tan excelso y extraordinario que está por venir y disfrutar el poder maravilloso de la fe.

Padre Santísimo: Tú mismo nos estás hablando al oído y directo al corazón, porque tú eres quien proclama: ¡Yo les estoy dando una nueva oportunidad! ¡No me importa ni me inquietan sus fracasos!

¡Yo soy el Dios y padre de las nuevas oportunidades, porque mi deseo es que nadie se pierda ni se quede enfangado en el lodo de la ignominia! ¡Aprovechen porque hoy es el tiempo de la misericordia, de la compasión, de la piedad y de la comprensión!

¡Dejen de ponderar la gravedad de su pecado! ¡Yo estoy dispuesto a perdonarlo todo! ¡No quiero ver MI IMAGEN Y MI SEMEJANZA tirada en ese pantano inmundo y putrefacto! ¡Vean, vengan y comprueben que hoy no soy justicia!

Soy amor, soy su padre y no tengo ojos ¡para ver ni para dimensionar sus pecados! ¡Hoy solo me interesa que me vean en mi hijo amado! ¡Vean mi gran misericordia y mi gran amor, porque los quiero contemplar tan hermosos como salieron de mis manos divinas!

¡Levántense! ¡Dejen de ser miserables y vengan a disfrutar de todo cuanto yo estoy presto a hacer por ustedes! Hoy quiero que proclamen con todo el poder de su corazón: ¡Vivimos bajo tu divina protección! ¡Vivimos gozando de tus misericordias, de tus favores y de tu salvación!

¡Vivimos con los ojos abiertos del espíritu y vemos lo que los demás no pueden ver! ¡Tomamos con toda confianza de todo cuanto está a nuestra disposición y pregustamos de las excelencias del reino desde aquí en la tierra! ¡Hemos alcanzado el futuro y lo hemos hecho un presente continuo y sin final!

¡Padre Bendito! ¡Cuán hermoso es estar contigo, vivir en fraternidad, gozar de tu amistad, de tus favores y estar revestidos con el mismo ropaje de tu amado hijo! Estar contigo es estar siempre iluminados, fortalecidos y energizados por el Espíritu Santo.

Padre Santísimo: ¡Perdona a tus hijos, porque realmente, NO SABEN LO QUE HACEN! Amén. P. Cosme Andrade Sánchez