Oración por la vida y estar unidos ¡Señor, ten piedad!
“¡SER VICTORIOSOS EN CRISTO ES PERMANECER UNIDOS A ÉL!”
¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!
Padre Santísimo: Oración por la vida y estar unidos en este bello amanecer, nuestro saludo es de gratitud porque el estar UNIDOS A TU HIJO AMADO, QUE ES LA VID VERDADERA, nos convierte en esas ramas cargadas de fruto en todo tiempo y en todo lugar.
Estar unidos a Cristo, es lo que más te complace, porque él es la vid y en él está la vida, porque él es la vida verdadera.
Vivir unidos a él es garantizar nuestra salvación integral, porque nuestra vida presente es una batalla que libramos hasta que seamos llamados a tu presencia, pero siempre victoriosos en Cristo, porque unidos por siempre a él, estamos unidos a ti y todo cuanto necesitamos de ti lo recibimos a manos llenas.
Padre Santísimo: Hoy confesamos, proclamamos y anclamos nuestro diario vivir en esta gran y única verdad: CRISTO, LA VID VERDADERA.
Porque sin estar unidos a ese tronco por el que fluye la vida, ¡no nos es ni nos será posible fructificar y ser de tu agrado! Tú enviaste a Cristo, tu amado hijo para que, creyendo, viviendo y amando en él.
Nuestra vida se convertiría en UNA NOVEDAD QUE JAMÁS SE SEPARARÍA DE LA FUENTE DE LA VIDA Y LOS MISMOS CIELOS ESTARÍAN SIEMPRE ABIERTOS Y TU ROSTRO DIVINO BENEVOLENTE, COMPLACIENTE Y SONRIENTE.
Oración por la vida y estar unidos ¡OREMOS AL SEÑOR!
Esa gran verdad continúa resonando a lo largo y ancho del universo: “Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; ¡SEPARADOS DE MÍ NO PUEDEN USTEDES HACER NADA!” (San Juan 15:5).
Padre Santísimo: Tu voluntad inmutable es que tú has enviado a Cristo para que ÉL SEA LA VID Y PARA QUE NOSOTROS SEAMOS LAS RAMAS SIEMPRE FRUCTÍFERAS.
Comprendemos que SEPARADOS DE ÉL, ¡nos volvemos improductivos, infructuosos, pobres y dignos de compasión! El permanecer unidos a él implica que todo cuanto él tiene, todo cuanto él hace, todo cuanto él es, ¡también nosotros lo hagamos!
Así como Cristo, tu amado hijo, te tiene a ti, también nosotros te tenemos como nuestro Padre. Con tenerte a ti y estar unidos a Cristo nos basta, porque unidos a él nada nos falta.
Hacer lo que hizo y sigue haciendo tu hijo amado, es no dejar de proclamar que SOMOS SUS DISCÍPULOS Y NO NOS CANSAREMOS DE ANUNCIAR CON NUESTRA PALABRA Y CON NUESTRO EJEMPLO
¡CUÁN HERMOSO ES ESTAR UNIDOS A ÉL Y TRAER POR LO MENOS A UN NUEVO CRISTIANO PARA UNIRLO A ÉL!
Hacer de la oración nuestra divina comunión, es tener la certeza de nuestra llenura de lo divino y estar con nuestra mente puesta siempre en tu presencia, radiante de gozo y con una fe que mueve todo cuanto impide ser lo que UNIDOS A CRISTO PODEMOS SER.
Si dejáramos de estar unidos a Cristo, tú mismo, Padre Santísimo, nos desecharías, porque unidos a él seremos siempre de tu agrado y todo estará operando en nuestro favor.
Separarnos de Cristo es despreciar la vida y encontrarnos con la muerte. Permaneciendo en él con toda la riqueza de su palabra, todo cuanto te pidamos, por Su Nombre y en su nombre nos será concedido.
Porque nuestros frutos pregonan que verdaderamente somos discípulos de tu hijo amado, oración por la vida y estar unidos
Una vida fuera de serie, fuera de lo meramente natural, se torna en extraordinariamente maravillosa, que hasta los mismos Cielos envían sus mensajeros para demostrarnos lo feliz que te sientes.
Oh Padre Santísimo, porque nuestros frutos pregonan que verdaderamente somos discípulos de tu hijo amado y tú nos sonríes con bendiciones super especiales, porque sabes que nos hemos convertido en ramos con frutos dignos de tu agrado.
La prueba más clara de que gozamos de tu amor es que somos esos pámpanos verdes, cargados de frutos de excelente calidad y dignos de ser ciudadanos de arriba, pensando en lo que allá en tu presencia hay, aunque aún estemos en la tierra, porque de Cristo ¡jamás nos separaremos, porque en él está la vida!
Padre Santísimo: Con tu bendición, ¡continuamos presentes ante ti, unidos a tu hijo amado y fortalecidos por el Espíritu Santo! Amén. P. Cosme Andrade Sánchez+