Oración: “¡Vamos a evangelizar a los atrapados en las redes!”
¡Oremos al Señor! ¡Señor, ten piedad!
Padre Santísimo: Nuestro mundo ha cambiado tanto, tanto, de manera tan vertiginosa, que tal parece que las nuevas generaciones ya no salen de sus casas; ya no hacen vida social; sufren de una tremenda apatía y parece que se gozan en su soledad; ya no aman al prójimo, sino a la tecnología, a una mascota o a sus recursos económicos; ya no conocen ni les interesan los valores espirituales; les es indiferente la enfermedad, el dolor, la pobreza, la familia, la Iglesia, las necesidades y carencias de los otros, viviendo encerrados en su mundo virtual e irreal, aprendiendo de SAN GOOGLE, SAN NETFLIX Y TIKTOK, apartados del mundo real, absortos en las REDES SOCIALES y hasta sus compras las realizan por medio del MERCADO LIBRE O DEL WHATSAPP. La misma Iglesia de Tu Hijo Amado ya incursiona allí en ese nuevo mundo virtual, a fin de que el Mensaje Salvador les llegue a muchos de ellos, a fin de que el poder del Evangelio los mueva a respirar aires de libertad, aunque se rediseñe UN NUEVO MODO DE VIVIR, pero conforme a Tu Palabra de Vida.
De momento, oh Padre Bendito, nos asalta esa interrogante de Cristo, quien previó estos tiempos y hasta preguntó a Sus Apóstoles: “…Cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe en la tierra?” (San Lucas 18:8). Ante esta nueva realidad, creemos que los mismos ministros del Evangelio debemos aceptar el reto de prepararnos e incursionar en este nuevo mundo desconocido, pero que también merece que EL MENSAJE SALVADOR DEL EVANGELIO llegue a ese universo virtual, sin que seamos sus nuevas presas. Si Cristo lanzó esta pregunta es porque con su mirada divina, vio en Su presente divino que la fe en estos tiempos de la tecnología digital tan avanzada, las nuevas generaciones reclamarían de nosotros los ministros del Evangelio, una preparación esmerada para llevarlo con todo su poder y esplendor a esa nueva forma de vivir.
Padre Bendito: Nos urge llegar a evangelizar a ese medio tan especial, pero para ello debemos revestirnos del poder del Espíritu Santo, por medio de la oración ferviente, el ayuno y la disciplina. Llegar a ese mundo con la palabra del gran poder reformador y transformador, no va a cambiar el medio, pero lo va a hacer diferente, con sentido, con sabor, con canales de santidad, con grandes motivaciones y con alentadores resultados.
Ya llegó el momento de despedirnos de Ti, oh Padre Santísimo, pero vamos movidos, conmovidos y plenamente decididos a ANUNCIAR EL MENSAJE LIBERADOR DEL EVANGELIO a esos lugares tan especiales, pero tan repletos de gente que parece una pieza más de ese enlace de redes que en verdad enredan, asfixian, ahogan y matan al espíritu dejando solo un cuerpo sin alma y atrapado en un mundo virtual tan amplio como el mismo universo. Vamos con Tu bendición, oh Padre Amado, con la Luz del Espíritu Santo y en el Nombre Omnipotente de Tu Hijo Amado al rescate de muchos, porque también ellos llevan Tu Imagen divina y Tu semejanza y merecen ser salvos para entrar en Tu Reino Celestial. Amén.
P. Cosme Andrade Sánchez+
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