Mensaje del Alcalde Renán Barrera para la conmemoración de los 212 años de la Independencia de México
El día de hoy el Alcalde Renán Barrera dio un mensaje con motivo de la conmemoración del 212 Aniversario del Inicio de la Independencia de México. Esto en Sesión Solemne de Cabildo para conmemorar nuestra historia de lucha por la libertad, democracia y justicia.
El evento tuvo como oradora huésped a la Dra. Dulce María Sauri. El alcalde agradece principalmente a las y los meridanos que todos los días construyen una ciudad más fuerte.
Mensaje del Alcalde Renán Barrera
Los mexicanos celebramos las fiestas patrias con la alegría, el entusiasmo y el regocijo de vivir en un país libre y soberano que se desborda en estos 212 años cumplidos de festejos de la independencia nacional.
Conmemorar el inicio de nuestra gesta de independencia no debe quedarse solamente en enmarcar la fecha y enumerar los hechos del pasado, sino sentir que nos invade en cada poro de la piel los sonoros versos de la “Suave Patria”, que logró plasmar el poeta zacatecano Ramón López Velarde.
También recordamos las diferencias procesales de nuestra patria chica, la de Yucatán, que generó su propia lucha independentista, al mando de los San juanistas, quienes optaron por la lucha cívica y política antes que la militar, subrayando desde esa época la visión civilista y de nuestra Mérida y nuestro Yucatán. Ya desde hace varios cientos de años que la identidad yucateca se ha perfilado en su talante libertario y democrático. ¡Por eso es que insistimos siempre en hacer Más Mérida y compartirla con todo Yucatán y todo México!
Aunque conmemorar nuestra historia es de suma importancia, también lo es el poder reconocer en el presente los retos y obstáculos que se interponen entre nosotros y el futuro que buscamos construir.
Antes, se luchaba por la libertad, la igualdad, la fraternidad y hoy, de algún modo seguimos teniendo esos ideales que también exigen mayores niveles de bienestar y seguridad para todas y todos.
Al igual que en el Siglo XIX, hoy nuestro país enfrenta grandes desafíos. Uno de ellos, es la polarización de la sociedad, la falta de un proyecto común de nación y la amenaza latente de quienes desean imponer su visión como la única forma válida de interpretar la realidad, descalificando otras versiones de ella.
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Otro aspecto, es el debilitamiento de las instituciones democráticas que ceden a voluntades unipersonales que, por bien intencionadas que sean, no pueden sustituir la verdadera transformación institucional que requiere un país moderno para poder funcionar de manera eficaz.
Como en 1821, fecha en que culminó nuestra independencia, los habitantes de este país nos encontramos con que ésta no puede darse por garantizada. Pues al igual que la autonomía, la democracia y la libertad, ser independientes es apenas una primera condición necesaria para poder construir nuestra propia historia.
Esta libertad ganada luego de varios años, décadas y siglos de luchas, es tan frágil que puede perderse, por culpa del miedo o por la desesperación de no ver resultados en el corto plazo.
¿Qué sentido tendría rememorar a los personajes clave del movimiento de independencia quienes con valentía lucharon contra la opresión y la tiranía, como Miguel Hidalgo, Josefa Ortiz de Domínguez, Ignacio Allende, Juan Aldama, Vicente Guerrero, Guadalupe Victoria y José María Morelos y Pavón?
Es necesario que este espíritu y aliento que hoy nos contagia como nación, nos invada para permanecer unidos con un grito unísono que nos convoque, al igual que hace 212 años, a ser mejores mexicanos y a procurar una Patria ordenada y generosa.
Porque la Patria se construye de buena fe, con responsabilidades genuinas, con el vínculo y concordancia entre el decir y el hacer. Con la alta responsabilidad de mantener firmes nuestros ideales y principios descartando incongruencias que solamente generan vacilaciones.
La Patria, amigas y amigos, se forja a diario haciendo ciudadanía, estando comprometidos como mexicanos, hijos de una sola tierra, buscando acuerdos y consensos que miren mucho más allá de nuestras propias diferencias, sustentados en las máximas del bien común y la generosidad solidaria.
A 212 años de distancia, el México de hoy atraviesa por temas actuales que inciden en la opinión pública y en lo que vemos un camino arduo y sinuoso. Ahí están los renglones como la salud, la educación pública, los derechos humanos, el trabajo legislativo y los problemas de seguridad que deben ser atacados con el concurso y colaboración de todos los órdenes de gobierno.
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Hace apenas unos días, estuve en la Cámara de Diputados, por ejemplo, externando la demanda de más de 20 alcaldes de ciudades capitales, que pensamos debería formularse de nuevo, programas como el FORTASEG que da a las policías municipales y estatales un soporte técnico y financiero que es tan necesario hoy en día para la salvaguarda de sus territorios. Lo que no hagamos hoy, o hagamos mal en estos días, será la causa de un futuro que jamás desearíamos que padezcan nuestras hijas y nuestros hijos.
México también exige liderazgos genuinos que no se cansen de convocar a la unidad, a la participación genuina ciudadana, que más que propiciar enfrentamientos, respondan a los desafíos que demandan millones de mexicanos, bajo la premisa que la búsqueda de libertades solo encuentra su límite en la libertad de los demás.
Nuestra patria debe formar patriotas. México debe fundar mexicanos. Y los mexicanos estamos hechos de nuestra diversidad cultural y política, del respeto al estado de derecho que de garantías a todas y todos y de un andamiaje institucional que funda gobernanzas basadas en la ley y no en voluntades populistas. Este, desde luego, es un camino educativo. Es un camino ciudadano.
En cada estado, en cada ciudad, en cada municipio, en cada rincón de la patria mexicana, debería haber un educador y un ciudadano. Una persona que respete la dignidad suya y la de otros, que conozca sus derechos pero también sus obligaciones; que sepa ejercer su libertad y conocer y responder a las consecuencias de ésta en su participación libre en la defensa de la causa pública.
También un ciudadano, debe ser un educador, que dé ejemplo de conciencia y responsabilidad en las tareas individuales, pero también en las tareas colectivas. ¡Los grandes desafíos se superan con el consenso de todas y todos; ¡como siempre digo, no hay política pública suficientemente eficaz y suficientemente presupuestada que pueda suplir la voluntad de miles de ciudadanos poniendo de su parte en las tareas colectivas! Todos necesitamos de todas y todos en esta patria generosa!
Honrando esos valores que nos identifican como verdaderos mexicanos, desde este Ayuntamiento hemos convocado a la unidad de los meridanos y yucatecos, sí, a esos mexicanos que haciendo a un lado improvisaciones y actuando en consecuencia, han hecho que Mérida continúe siendo una ciudad referente en todo México con armonía, seguridad, en concurrencia que otorga certeza a las necesidades de sus ciudadanos.
Integramos con mis compañeros un Cabildo cuyas diferencias de pensamiento nos permiten reconocernos como mujeres y hombres, representantes de todos los meridanos, quienes asumimos decisiones y ante una sociedad comprometida responsablemente, para continuar contribuyendo al progreso de una Mérida con soluciones funcionales que orgullosamente nos permita portar el gentilicio de meridanos.
Estimados y estamadas invitados: En el México independiente de los primeros años, muchas fueron las voces que llamaron a regresar el tiempo y a renunciar a ese proyecto de país libre y soberano. No faltaron quienes incluso llamaron a príncipes extranjeros para ofrecerles gobernar nuestro país, pues creían que volver a ese pasado sería la solución al problema de un futuro incierto y con miedo.
Felizmente, fueron muchos también los mexicanos que, confiando en un proyecto de país propio, independiente, libre y democrático, defendieron con su vida la visión de un futuro lleno de posibilidades.
Tras dos años de una pandemia que nos han hecho reflexionar sobre la fragilidad de nuestra propia vida y la de nuestras instituciones, la historia nos llama nuevamente a mirarnos en su reflejo y a darnos cuenta que, ante la incertidumbre, vale la pena creer y luchar siempre por un futuro mejor.
Los héroes que nos dieron Patria y Libertad, en el Siglo XIX y en los años por venir, no tuvieron miedo de encontrar un país en ruinas y escombros. Por el contrario, vieron en ello un lienzo nuevo en el cual construir el México que hoy nos vuelve a pedir conmemorar el pasado, reconocer el presente y luchar por nuestro futuro.
El México de hoy también tiene héroes actuales que orgullosamente a diario se visten con el traje de mexicanidad, que los motiva e impulsa a no cejar en la convocatoria de sumar voluntades y conjuntar esfuerzos para ser testigos de nuestra propia historia.
Allí están los verdaderos protagonistas de México: maestros responsables, médicos comprometidos con el valor de la vida, los campesinos que labran la tierra que nos alimenta, los policías y soldados que anteponen sus vidas para proteger nuestra propia vida. Y como ellos, existen más quienes aman y se entregan por este país donde mujeres y hombres dan lo mejor de sí con voluntad y esfuerzo desde que despunta el sol, hasta caer la noche. ¡A todos ellos muchas gracias por hacer patria todos los días!
La tenacidad que sumemos en nuestros proyectos personales y como sociedad con valores universales, debe invitarnos a soñar y luchar por lo que queremos: un México hermanado, de sur a norte, un país fuerte, un país unido, que nos identifique bajo una sola premisa fundamental: ¡el amor por esta tierra que nos pertenece por derecho y que heredaremos a nuestros hijos para hacerla aún más fuerte!
¡Viva Mérida!
¡Viva Yucatán!
¡Viva México!
Que Dios bendiga nuestra Patria.
