Honran a médico “apóstol”
Un llamado a las nuevas generaciones para que entiendan a cabalidad la importancia de conservar el medio ambiente, y sobre todo proteger el valor que tiene para la vida humana el agua potable, fue uno de los puntos sobresalientes de la presentación, realizada al filo de las 6 de la tarde, del libro “50 años de vida. El agua potable en Mérida”, firmado por él periodista y escritor Manuel Triay Peniche.
El evento, que se efectuó en un saloncito del segundo o tercer piso (su servidor ya no sabía con exactitud dónde estaba, dado el diseño enrevesado del edificio) del Gran Museo del Mundo Maya en Mérida, atrajo a unos 200 asistentes, quienes con caballerosa (ellos, claro) y comedida atención escucharon las noticias y declaraciones que en su tiempo generó la lucha de los yucatecos para que la capital contara con el servicio de agua potable que ya tenían numerosas ciudades civilizadas y modernas en todo el mundo.
El agua potable es el tema vital de nuevo libro
Por Gínder PERAZA KUMÁN
El personaje al que más se destaca en el libro es “El apóstol del agua potable“, que es el apodo que se ganó en su tiempo el doctor Francisco Solís Aznar, quien comprobó, gracias a la práctica médica, que las enfermedades hídricas, es decir, las que se transmiten por medio del agua, eran las causantes de cientos o miles de muertes de niños en el estado.
Solís Aznar prácticamente dedicó su vida a gestionar en las dependencias estatales o federales las obras que se necesitaban para resolver esa trágica situación.
Además del tema sanitario, el libro contiene muchas anécdotas de corte político, como las que se generaron porque el Gobierno Federal criticó a la administración yucateca porque, afirmaba, ésta no cumplía con el pago de la parte que le correspondía para realizar ese trabajo social.
Está bien narrado y explicado, por ejemplo, la vez que un grupo de destacados empresarios yucatecos acudió a la ciudad de Campeche para tratar de ponerse de acuerdo con el presidente Gustavo Díaz Ordaz, quien insitía en criticar públicamente a los yucatecos por su presunto egoísmo a la hora de aportar para financiar obras públicas.
Entre los asistentes a la presentación del libro este reciente viernes 12 estuvo, con todos sus años, el notario público
Jorge H. Aguilar y Aguilar, quien estuvo presente en la reunión con Díaz Ordaz en la capital campechana, y también en muchas juntas en las que los yucatecos trataban de aclarar esa mala idea de que no querían colaborar para que Mérida tuviera agua potable. “A los yucatecos les gusta tomar agua de bichos”, dijo entre otras cosas el jefe del Ejecutivo federal de entonces.
Entre los asistentes que también tomaron el micrófono estuvieron el autor Triay Peniche, el director de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Yucatán, Sergio Augusto Chan Lugo; la exsecretaria de Educación estatal yucateca Carmen Zita Robleda Moguel, y la titular actual de Cultura estatal, Loreto Noemí Villanueva Trujillo.
Según se dijo, el objetivo principal de producir el libro, de 21 por 13.7 centímetros –quinto que firma Triay Peniche–, era marcar el sesquicentenario de la creación de la JAPAY, lo que no se pudo hacer a tiempo por culpa de la pandemia de Covid que azotó al mundo. No pudimos conseguir el dato de dónde se puede adquirir la obra, pero esperamos proporcionárselos pronto.
Del total de 208 páginas que tiene la obra, la parte final, de 78, está dedicada, bajo el poco fino título de “Apéndice” (para un médico culto y muy apreciado por su trabajo social y labor caritativa), totalmente a la vida y obra del doctor Solís Aznar, de quien, por cierto, en la presentación del libro se develó un busto en su honor.