“LA ORACIÓN DE GRATITUD ¡LO MULTIPLCA TODO!”
En estos años que Tú, oh Padre Bendito, nos has concedido, hemos constatado que, quienes oran quejándose siempre de sus amarguras, sus sinsabores, sus tristezas, sus fracasos, sus frustraciones y su impotencia, subsisten, pero ¡JAMÁS PROSPERAN! Aunque oren, se postren y Te muestren, oh Padre, un rostro de miseria, ¡solo van a obtener su subsistencia y energía para su resistencia, porque, Tú bendices a los que siguen Tu consejo:
¡CAMBIAR DE ACTITUD! Cuando comprendemos que, AL MAL TIEMPO, SIEMPRE HAY QUE OFRECERLE UN ROSTRO EXCELENTE, es cuando Tú, oh Padre Santísimo, ves que esa ACTITUD ANTE LA ADVERSIDAD, nos hace orar fervientemente agradecidos porque nos has distinguido con esas pruebas y sabes de ante mano, que MUCHO SERÁ LO QUE LOGREMOS, porque Tú nos has insistido en nuestro interior: “¿No te lo he ordenado Yo? ¡SÉ FUERTE Y VALIENTE! ¡No temas NI TE ACOBARDES!, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas». (Josué 1:9).
Tu propio Amado Hijo, nos enseña, que la oración acompañada con ayuno, pero con un rostro limpio, alegre y feliz produce GRANDES RESULTADOS: “Pero tú, cuando ayunes, ¡PÉINATE Y PERFUMA TU CABEZA Y LÁVATE LA CARA! (San Mateo 6: 17).
Desde el momento en que Job hizo una ferviente oración por sus amigos, la lucha del ayer y sus pérdidas se convierten EN GANANCIAS, VE MULTIPLICADOS SUS BIENES Y TIENE LA ALEGRÍA DE RECIBIR DE TI, OH PADRE BENDITO, NUEVAMENTE, ¡SIETE HIJOS Y TRES HIJAS!
En esta mañanita, Padre Santísimo, Tú nos has hecho saber y comprender que, LA ORACIÓN EXITOSA Y AGRADABLE A TU PRESENCIA DEBE ESTAR ADEREZADA CON EL PERFUME DE LA ORACIÓN Y SALIDA DE UN CORAZÓN ALEGRE, EXPRESADA POR UN ROSTRO LIMPIO Y PERFUMADO, ¡PORQUE ESTÁ DE POR MEDIO LA CERTEZA DE LA ESPERANZA QUE NOS ASEGURA LA FE FERVIENTE!
“Y quitó el Señor la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job.” (Job 42: 10).
Y, por si esto no nos basta para VER CON DIÁFANA CLARIDAD la importancia de la gratitud, veamos a Cristo, Tu Hijo Amado, quien tomando los panes y los peces elevó alegre su mirada al Cielo, con gratitud por contar con la generosidad de un joven que entregó todo lo que en ese día iba a comer: “Luego Jesús tomó los panes, dio gracias a Dios y los distribuyó entre la gente.” (San Juan 6: 11).
Padre Amoroso: ¡Muchas gracias por estos instantes reconfortantes, porque siempre de Ti aprendemos mucho y, todo ello, nos conduce a vivir con gran sabiduría! Aunque nuestro mundo tan lleno de confusión por tanta maldad, tanta injusticia y tanta necedad, que parece que todo apunta a que ya estamos viviendo una etapa previa al apocalipsis, en Ti renovamos nuestra esperanza, porque sabemos que cuando Tu Hijo Amado regrese en su Segunda y Terrible venida, lo más deseable es que nos encuentre ocupados en nuestras tareas, en nuestras actividades, pero siempre en comunión Contigo, oh Padre Bendito.
Estamos convencidos que, aunque los tiempos sean los más difíciles, Tu amor, Tu protección y Tu generosidad, ¡JAMÁS SE APARTARÁN DE NOSOTROS! Y EN LAS MANSIONES ETERNAS IREMOS SIN DUDAR, porque,
“Ciertamente el bien y la misericordia nos seguirán todos los días de nuestra vida, ¡Y en la casa del SEÑOR moraremos por días sin fin! (Salmo 23:6).
¡Bendito seas, oh Dios de nuestros benditos y siempre recordados padres! Amén.
P. Cosme Andrade Sánchez+