Estas leyendo
ORACIÓN ¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR TEN PIEDAD!

ORACIÓN ¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR TEN PIEDAD!

Avatar
ORACIÓN ¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR TEN PIEDAD!

OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR TEN PIEDAD! Santísimo Señor: en esta madrugada deseamos de todo corazón que este despertar de Tu creación y de Tus hijos, ¡sea un nuevo respirar de aires de libertad, de esperanza y de paz!

Nuestro mundo desea respirar esa paz del alma que vive en comunión contigo porque su espíritu goza de la amistad del Espíritu Santo, que lo vivifica, fortalece e inspira a ser un ser de luz.

Nuestro mundo no tiene paz, porque en muchos de sus líderes solo hay intereses materiales y de dominio subyugador para ejercer control absoluto en nuestra gente que se deja deslumbrar por la dádiva, por las falsas promesas que jamás cumplirán y por el falso mesianismo que con orgullo ostentan.

También por desgracia, hay muchísimos líderes religiosos que viven de la apariencia, de la falsa piedad y que destilan envidia, odio y maldad en sus corazones e impiden que haya un despertar a la vida del espíritu manteniendo presos a tus hijos en un sistema religioso totalmente ajeno al espíritu del Evangelio de salvación proclamado por Tu Hijo Amado.

ORACIÓN ¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR TEN PIEDAD!

Tu Amado Hijo nos vino a anunciar ese EVANGELIO DE LIBERACIÓN, DE ESPERANZA, DE VIDA ABUNDANTE, DE BENDICIÓN, ¡DE FORTALEZA Y DE GENEROSIIDAD! CRISTO VINO A HACERNOS FUERTES Y FIRMES EN LA FE QUE MUEVE MONTAÑAS, QUE DERRIBA MURALLAS,

QUE CONSTRUYE PUENTES, QUE HACE HOMBRES Y MUJERES LIBRES, SANOS, BENDITOS Y PRÓSPEROS. Pero esos líderes malvados impiden que los Nuevos Zaqueos sean vistos por Cristo,

se acerquen a Él, lo vean, lo escuchen y reciban la grata noticia de ser visitados con toda su familia y así llegue la salvación a todos los de su casa, porque, también ellos son hijos de Abraham.

Hoy venimos a suplicarte que llenes de valentía a los miles de Zaqueos que ya medio han oído hablar del mensaje de Tu Amado Hijo y desean verlo, conocerlo, amarlo y recibirlo con todos los suyos,

pero debido a la poca estatura de su fe, se ven impedidos por las vallas humanas, “DEL QUÉ DIRÁN”, por los lógicos consejos y hasta por la capacidad de persuasión de la vana retórica que los conmina a desistir de su noble y santo propósito, que sin duda traerá paz, alegría, salvación, salud y bienestar a nivel familiar.

¡Qué pena que la historia se repita! ¡Los fariseos del ayer están celosamente presentes y actuantes hoy! Continúan impidiendo que la gente escuche,

vea, palpe, salude, converse y sea visitada amada, bendecida e iluminada por la enseñanza divina de Cristo; liberada de tantas ataduras y de tantas prácticas ajenas totalmente a Tu divina voluntad, ¡oh, Padre Bendito!

¡Te suplicamos que inspires a los Nuevos Zaqueos de nuestro tiempo a tomar la iniciativa de subir a los árboles para poder ver el paso de Cristo y recibir de Él su llamada y así recibirlo con gozo,

con esperanza de que algo excelente y extraordinario va a suceder en sus hogares! Solamente así se logrará que, en cada hogar, el Nuevo Zaqueo, puesto de pie exclame: “

¡Mira, Señor, ahora mismo voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes y si en algo he defraudado a alguien, ¡le devolveré cuatro veces la cantidad que sea!” (San Lucas 19: 8).

Y la bendición divina se escuche con gran emoción y con sabia atención:

-Hoy ha llegado la salvación a esta casa —le dijo Jesús—, ya que este también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” (San Lucas 19: 9-10).

Padre Santísimo: Que este momento de estar ante Ti con la alegría de los bienaventurados, nos congratulemos contigo y con los NUEVOS ZAQUEOS que tanto anhelan ser dignos de Tu mirada divina,

y de Tu divina invitación para visitar sus corazones y sus hogares que se encuentran en los miles de ciudades de Jericó y así experimenten el gozo indecible de ser salvos y tener como ilustre huésped a Cristo, Tu Amado Hijo.

¡Gracias, Santísimo Padre, por Tu gran bondad, por Tu gran amor y por Tu gran sabiduría! ¡Que esa visita de Tu Hijo Amado, en tantos corazones nos lleve a regocijarnos y a no cesar de alabarte, de bendecirte, de agradecerte, de reconocerte y de adorarte como seres redimidos, bendecidos y amados por Ti!

Como nosotros estamos dentro de la dimensión temporal, nos retiramos a nuestras actividades, pero en la certeza que Tú propiciarás que surja una tremenda multitud de Nuevos Zaqueos, valientes, decididos y capaces de vencer todas las barreras de “LO QUE PUEDA PENSAR LA GENTE DE ELLOS,”

para ser los nuevos anfitriones que reciban a Cristo como su salvador, como su libertador, como su única esperanza, como la Única Verdad, como el Único Camino y como la Única Vida que los hace estar en plenitud aquí y con la certeza de que al final, despierten en la eternidad maravillosa.

Hoy, Padre Santísimo, en nuestro mundo hay muchísimos hombres y mujeres de todas edades que en su interior están vacíos, están en depresión, están sin esperanza, porque su vida no tiene ni sabor, ni aroma ni color.

Viven en una insipidez y en un abandono que los conduce a la desesperación y hasta optar por caminos equivocados que los conducen al suicidio o a la búsqueda de enervantes que los enajenan y esclavizan.

Otros más están viviendo una vida religiosa llena de incertidumbres, donde ven muy lejana su esperanza, pero están inmersos en una tremenda confusión, porque no tienen acceso a Tu Palabra que es Verdad y Vida verdadera.

¡Padre mil veces bendito! ¡Envía Tu Luz a tantos hijos Tuyos que reclaman desde el fondo de su corazón un glorioso y maravilloso despertar! Amén. P. Cosme Andrade Sánchez+


© 2024 Grupo Transmedia La Chispa. Todos los derechos reservados