“El deseo de Rommel Pacheco: el Senado o la Alcaldía”
SIN TITUBEOS
Tengo muy grabado en la mente una plática que tuve hace aproximadamente 6 años con un compañero experto en el ramo de la inteligencia, que me dijo claramente: “no pierdas de vista a Rommel Pacheco, hay una clara intención de impulsarlo”.
En ese momento yo no le di crédito e incluso desdeñé un poco sus palabras, porque lo que se veía era un muchacho deportista que todavía estaba en plena competencia y en ese entonces a punto de participar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. No veía al chico del trampolín como una persona que pudiera inmiscuirse en la política.
Debo admitir que me faltó en ese momento información y visión, porque después de varios años tenemos a un personaje que sólo no pasó por los pasillos “comunes” de la política local, sino que ahora incluso aspira con cosas más grandes en su incipiente carrera burocrática.
El camino más común del político yucateco que aspira a sobresalir suele ser buscar primero una regiduría en Mérida o alguna alcaldía de otro municipio más chico, luego ser diputado local, después legislador federal y de allá algún otro puesto más importante. Pero en el caso del joven Pacheco Marrufo se saltó todos esos pasos y recaló directo en una diputación federal, lo que le está permitiendo codearse en las ligas mayores de la grilla.
Su éxito se basa en esa nueva política que hace de las redes sociales su arena. Es un producto de marketing excelente en ese rubro, y es el político yucateco con más seguidores en redes sociales (y lejos), con más de un millón de seguidores. Dobla en popularidad al gobernador Mauricio Vila, está a la par de presuntos presidenciables como Enrique Alfaro o Samuel García, y supera a gente como Luis Donaldo Colosio Riojas, Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum. Es más, si hoy en día dijera que quiere ser presidente superaría en las encuestas de conocimiento del público a Vila Dosal.
El marketing le ha permitido vivir de los patrocinios durante los últimos años; fue un gran deportista que ahora es un “influencer” hecho político, y parece que ya escogió el próximo trampolín de su carrera política, revelado de manera involuntaria por su medio hermano Irak Greene Marrufo.
Greene Marrufo sí ha estado mucho más vinculado a la política que su hermano ya que estuvo dentro de la administración estatal de Rolando Zapata Bello y también lo está ahora en el gobierno de Vila Dosal; es el que maneja las relaciones públicas y la estrategia de redes sociales de Rommel y en gran parte él lo ha convertido en el producto que es hoy.
Pues bien, en un momento de relajación y confianza con gente de su grupo y en busca de otros posibles patrocinadores para el exclavadista, reveló que el objetivo de Rommel Pacheco es la alcaldía de Mérida o un puesto como senador. Atrevidas aspiraciones que pondrían en un aprieto al Partido Acción Nacional.
De entrada el tema de la alcaldía tenemos que para todos es conocido que Cecilia Patrón Laviada está cantada para ese espacio que se le ha negado en dos ocasiones, y estamos seguros que en esta ocasión no negociará otra cosa que no sea ese cargo. Tiene más estructura que Pacheco Marrufo y parece que lo ha trabajado durante más tiempo. Nada está escrito pero otra cosa sería incómodo.
Ahora veamos el puesto en el senado: allá podría estar topándose con Elías Lixa e incluso con Mauricio Vila. Sólo hay puesto para uno de los tres, porque tendría que ir en fórmula con una mujer. Esto sólo por decir los primeros nombres que se me vienen a la cabeza.
Elías Lixa es dos veces diputado federal y parece que lo suyo suyo es la curul. Es lógico que aspire a un puesto en la llamada Cámara Alta y quizás en materia legislativa y en debate haya muy pocos como él en el estado. En lo particular creo que su puesto está en alguna de las cámaras, nada más que eso.
Y por otro lado está Mauricio Vila, a quien todavía se me dificulta verlo como candidato a la Presidencia de la República. La alineación de los astros deberían ser muy específicas para que esto se dé y no parece que así pueda ser, pero bien podría optar por ocupar un puesto en el senado de la República y seguir fogueándose con la parte alta de la política nacional. Es todavía el líder político del PAN en Yucatán, puede decidir hacerlo y ni todos los seguidores de Rommel Pacheco serían suficientes para rebelarse a su hoy totalitaria opinión.
Sin embargo, meditando más allá de los “followers” y de la grilla, no hay más que expresar (una vez más) nuestro deseo de que el contenido sea más que el recipiente; que el fondo sea más que la forma y que la capacidad y preparación superen cualquier estrategia política.
¿Rommel Pacheco es fondo o forma? No lo sé. En lo personal creo que es un muchacho agradable, pero estoy consiente que eso no es suficiente. No son suficientes el millón de seguidores en Facebook. No son suficientes sus logros deportivos. No lo son tampoco los patrocinios que tiene, y ni siquiera su actual puesto de diputado federal.
Él sabe que está en la mira, porque por desgracia no es el primer deportista que se vuelve político y, siendo sinceros, los ejemplos más recientes no lo dejan bien parado. Es más, si tomáramos como parámetro a otros deportistas que se han vuelto políticos…no estaría apto ni para ser considerado jefe de manzana. La moneda está en el aire.
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