“El PRI Yucatán podría tener a una mujer en la boleta del 2024”
El Nómada
No se puede negar que la lucha feminista ha tenido grandes conquistas en los últimos años en la arena política, aunque por la deuda histórica y por cierta misoginia que impera en algunos reductor, aún queda mucho trabajo por hacer.
Sin embargo, de acuerdo por la norma de paridad de género y también por el índice de competitividad, se puede asegurar que en la actualidad es más fácil para los partidos políticos colocar a mujeres candidatas que a hombres. De acuerdo con las reglas del Instituto Nacional Electoral, no hay candados para las mujeres pero sí para los que representan al género masculino.
El especialista en materia electoral, Hidalgo Victoria Maldonado, explicaba recientemente que la paridad de género iba acompañada con un criterio de alta, media y baja competitividad. Esto, puede generar un análisis extenso de cada partido. Sin embargo, por azares de la vida, me hace pensar en el Partido Revolucionario Institucional, el que hasta hace poco era el todopoderoso de México y de Yucatán.
Los perfiles políticos de los priístas yucatecos gozan de la misma suerte o mala suerte de las siglas: viven una crisis de reputación, esa misma que lo llevó a las derrotas del 2018 y del 2021. No obstante, la competitividad que marca el INE está regida por la última elección para la gubernatura, en la que el PRI terminó en el segundo lugar con Mauricio Sahuí Rivero, muy cerca del ganador Vila Dosal. Eso se traduce que para el PRI, Yucatán se va a evaluar como de alta competitividad junto con las entidades de Puebla y Chiapas.
De acuerdo con el INE, el tricolor tiene la obligación de colocar dos candidatas mujeres y un hombre en esas tres entidades para las elecciones del 2024, en las que estarán en juego un total de nueve gubernaturas.
Actualmente, las encuestas no benefician para nada al PRI con miras a los comicios del 2024 en Yucatán. La única forma que el PRI pueda tener presencia en el venidero gobierno del Estado luego del 2024, es si forma una coalición electoral, que de acuerdo con la ley que recientemente se aprobó en el Congreso, si existe una alianza electoral, el Gobierno debe tener presencia de esos partidos que integraron a la coalición.
Bajo este escenario, si en Puebla o en Chiapas, un político priísta tiene opciones serias de ganar la gubernatura, automáticamente colocaría a una mujer candidata en Yucatán para cumplir con la paridad de género en el grado de competitividad alta.
Esa ecuación automáticamente eliminaría la pretensión de un Pablo Gamboa Miner, de un Sahuí Rivero y de hasta el senador Jorge Carlos Ramírez Marín, quien ha externado que al tricolor hay que refundarlo.
Ahora bien, surge la interrogante ¿Qué perfil femenino tiene el PRI para ir a buscar la jefatura del ejecutivo? Todos los caminos, o ese único camino conduce a la ex presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Dulce María Sauri Riancho.
Recientemente, la ex gobernadora interina de Yucatán encabezó un acto con jóvenes en la Casa del Pueblo, para salir del receso en el que había entrado tras finalizar el periodo legislativo 2018-2021.
Una posible designación de Sauri Riancho como candidata para Yucatán, sería facilitar el trabajo de la cuestionada dirigencia nacional del PRI, en vez de armar un escenario para Ramírez Marín o cualquier otro aspirante hombre del tricolor. En total, las opciones que se proyectan para la cita del 2024, dejan al PRI en un lejano tercer lugar, aunque es oportuno citar al mítico Yogui Berra: «El juego no se termina hasta que se produzca el último out».