“La iniciativa para reformar al ISSTEY podría venir del Legislativo y no del ejecutivo”
La crisis económica del Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado de Yucatán no es un tema exclusivo de la administración del gobernador Mauricio Vila Dosal. De acuerdo con los entendidos, el vaticinio de la supuesta quiebra del ISSTEY viene del gobierno de Ivonne Ortega Pacheco y del ex mandatario, Rolando Zapata Bello. Pues, Vila Dosal decidió encarar este tema pero el tiempo está corriendo.
Como es bien sabido, Vila Dosal anunció que habrá una reforma al ISSTEY. Para ello, se creó un grupo de expertos para encontrar las posibles mejores soluciones para salvar las finanzas del Instituto y garantizar las pensiones y los pagos de los yucatecos. Pero de ese cónclave, no ha salido ni fumata blanca, ni gris. Todavía deben estar reunidos el clan de cardenales económicos y sociales. Entretanto, todo el mundo habla del ISSTEY y de la supuesta reforma, tanto en favor como en contra. Pero mientras no haya acuerdo entre los expertos, cualquier moneda al aire se puede entender como una mera especulación.
Entretanto, el Congreso del Estado jugo posición adelantada. A petición del morenista, Rafael Echazarreta Torres, se va a crear una comisión para estudiar la reforma al ISSTEY. Pero insisto ¿Cuál reforma? La transformación está anunciada, pero no entregada. Pero bueno, se va a crear la referida comisión y ahí se va a deliberar lo que puede ser bueno o lo que no, para salvar las finanzas del ISSTEY.
Recientemente, el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Poder Legislativo, Víctor Hugo Lozano Poveda, confirmó que esta comisión que se espera que sea presidida por el diputado de Nueva Alianza y maestro, José Crescencio Gutiérrez, se pueda conformar y entrar en operaciones el grupo de trabajo, incluso antes de que se conozca las ideas del grupo de expertos. Además de ello, el propio Lozano Poveda adelantó que con todo este trabajo, hasta la iniciativa de reforma del ISSTEY podría salir de este poder.
Es difícil pensar que, quien se adjudique el cambio en el sistema de pensiones para garantizar la longevidad del Instituto, no tenga un impacto político, especialmente a corto plazo y con unas elecciones a la vista. Ahora bien, en el Congreso del Estado convergen siete fuerzas políticas, un buen número para que se diluya la responsabilidad de una serie de decisiones que son tan necesarias, como probablemente, también amargas.