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“Nos da pereza pensar en cosas transformadoras, porque son complicadas. Preferimos quedarnos con una pequeña reforma” Subcomandante Marcos

“Nos da pereza pensar en cosas transformadoras, porque son complicadas. Preferimos quedarnos con una pequeña reforma” Subcomandante Marcos

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“Nos da pereza pensar en cosas transformadoras, porque son complicadas. Preferimos quedarnos con una pequeña reforma” Subcomandante Marcos
Prospectiva

Mientras la Organización Mundial de la Salud (OMS) decreta el fin de la emergencia sanitaria provocada por la COVID-19, el mundo transita por un periodo de gran incertidumbre. La crisis económica ha golpeado al planeta sin distingo de ningún tipo.

Los países ricos han sido sacudidos por una crisis que evidenció su interdependencia sobre todo a partir de febrero del año pasado cuando la invasión rusa a Ucrania, como un iceberg, solo mostraba la punta emergente, ocultando bajo el mar su auténtica dimensión.

Los países pobres vieron revertir los avances en la lucha contra la pobreza extrema, la marginación y la exclusión social. Hoy estamos más cerca del inicio y más lejos de la meta. La agenda 20-30 de la ONU se ha convertido en utopía, en una prospectiva imposible de alcanzar.

La inflación se desbordó alejando a los más de satisfactores esenciales, enriqueciendo más a los pocos, que cada día son más ricos. Tasas altas, créditos inalcanzables, hipotecas perdidas y, en ese entorno, para acabarla de amolar; una crisis bancaria y financiera que no pocos analistas la califican  peor que la del 2008, cuyos nefandos efectos perviven todavía. El escenario geopolítico se tensa.

La guerra en Ucrania no tiene para cuando terminar. Lamentable que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, declare que el conflicto no puede terminar porque ambas partes consideran que pueden ganar. La pregunta es para qué diablos sirve este organismo creado en 1945 que a lo largo de casi ocho décadas se ha mostrado totalmente incompetente para evitar lo que era su tarea principal: las guerras.

Los ataques con drones al Kremlin, a pocos días de la celebración del día de “La Victoria” que rememora el triunfo del ejército soviético que impidió el avance nazi en Stalingrado, provocó la ira de los cercanos a Vladimir Putin, que claman venganza. Ucrania es señalada como la autora. “Hay que matar a Zelensky”, gritan los rusos afines al nuevo Zar.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) en su Informe de Perspectivas de la Economía Mundial, anticipa “una recuperación accidentada” a nivel mundial. Insiste en que las perspectivas son de nuevo inciertas, “rodeadas por las turbulencias del sector financiero, la elevada inflación, los efectos de la guerra en Ucrania y los tres años de COVID-19”. En general, el FMI prevé crecimientos magros del producto mundial que el año pasado fue del 3.4%, pero se espera que para el año en curso sea del 2.8%, y en el 2024, del 3.0%.

En lo que respecta a las “economías avanzadas”, Estados Unidos y Canadá, nuestros dos sociocomerciales, que crecieron en el 2022, 2.1 y 3.4 por ciento respectivamente, se prevé un PIB de 1.6% y 1.5%, respectivamente para este año. Para el 2024, el crecimiento de Estados Unidos y Canadá será de 1.1 y 1.5 por ciento respectivamente.

Los datos para este año y el próximo derivan de una posible recesión económica que si bien algunos anticipan tenue puede impactar a nivel global. México se vería muy afectado por la relación tan estrecha  con el vecino del norte. Se verían afectados tanto el flujo de inversión extranjera directa (IED) como el envío de remesas que este año, de acuerdo al comportamiento en los tres primeros meses, será superior al del 2022 que rebasó los 50 mil millones de dólares.

Nuestro país tuvo un crecimiento del 3.1% el año pasado. Dato que sorprendió a muchos e incomodó más a quienes día con día están con la cantaleta del fracaso y la crisis económica. Para este año, el FMI pronostica un PIB del 1.8% (la Secretaría de Hacienda pronostica un PIB del 2.3%). Para el 2024, año importante por el proceso electoral y el relevo presidencial, se prevé un aumento del PIB del 1.6%.López Obrador ha señalado que ni este ni el próximo año el país sufrirá una crisis de fin de sexenio.

Antes de mencionar las variables que pueden mejorar o empeorar estas predicciones, considero necesario referir las proyecciones que hace el FMI para otros países. La Zona Euro, con la que México viene trabajando un nuevo acuerdo comercial (que no se ve para cuando cristalice) tendrá este año un crecimiento muy pobre, 0.8%, luego de crecer 3.5% el año pasado.

Alemania la tradicional locomotora de la UE, posiblemente entre en una fase recesiva (-0.1%). En ese contexto todo parece indicar, así lo señalan los analistas, que España, que creció el año pasado un 5.5%, será el país con mejores expectativas de crecimiento en esa región, 1.5% este año y 2.0% para el 2024.

No obvio comentar que en noviembre próximo habrá elecciones generales y la disputa por la presidencia puede ser entre Pedro Sánchez (PSOE) y Alberto Núñez Feijoo (PP), si bien este último puede quedarse en casa porque Isabel Díaz Ayuso, quien seguramente ganará este mes en las elecciones comunitarias en Madrid, está creciendo exponencialmente y puede ser la abanderada del Partido Popular.

Si la economía sigue pujante, y el plan de vivienda conquista al sector juvenil, Pedro Sánchez podrá revertir la diferencia que hoy marcan las encuestas a favor de la derecha moderada que, por más que quiere, no puede romper vínculos con VOX, la derecha radical.

¿Y Asia? China y la India jugarán los dos próximos años el papel de locomotoras de la economía mundial. En el presente año la promotora de la “ruta de la seda” crecerá un 5.3%, lejano al acostumbrado PIB de dos dígitos, pero entendible para un país que fue el epicentro del COVID-19, que cerró su economía por buen tiempo y que, apenas a mediados del año pasado, recuperó parte del dinamismo acostumbrado.

Xi Jinping transita ya por su tercer período de gobierno, algo no logrado por Mao Zedong o Deng Xiaoping. Está clara su alianza con Rusia, muy distante de los tiempos gloria de la desaparecida URSS, pero que juega un papel importante en el actual proyecto geopolítico que impulsa China para convertirse en la nuevo líder mundial desplazando a los Estados Unidos.

India, integrante de los renacidos BRICS (Brasil-Rusia-India-China-Sudáfrica), se convertirá pronto en la nación más poblada del planeta. Su economía creció 6.8% en el 2022, contra un muy pobre crecimiento de su vecina China que solo alcanzó un 3.0%. La democracia hindú sigue siendo un referente, pero también un factor de inestabilidad por la convivencia de religiones cuyo radicalismo influye de manera negativa en su gobernanza.

Su desarrollo tecnológico, en la fabricación de semiconductores y en otras áreas, como la producción de medicamentos, serán motor importante para mantener su ritmo de crecimiento para el 2024. El FMI prevé que el próximo año este país asiático crezca un 6.3%.

“La tarea de un líder es llevar a su gente de donde está a donde no ha estado” Henry Kissinger

Hablando de los BRICS, es necesario mencionar a Brasil, nación sudamericana que compite con México por el liderazgo económico en Latinoamérica. El país gobernado nuevamente por el izquierdista Inácio Lula da Silva, tiene una enorme ventaja sobre nuestro país, su interdependencia. Su comercio no se centra en los Estados Unidos ni en el resto del continente.

Brasil ha construido una relación comercial, de ida y vuelta, con Europa, Asia y África. Su desarrollo tecnológico lo diferencia de muchos países en desarrollo. La principal dificultad que enfrenta hoy su gobierno es la creciente polarización alimentada por el discurso de su ultraconservador ex presidente Jair Bolsonaro quien ya regresó a su país, pese a las acusaciones de que fue promotor de intento de golpe de estado del 8 de enero pasado, cuando él nadaba plácidamente en las cálidas playas de Florida.

Brasil creció el año pasado 2.9%; el FMI prevé que este año su PIB apenas alcance el 1%. Lula da Silva enfrenta, igual que Petro (Colombia) y Boric (Chile), congresos con mayoría de las derechas que se empeñan en descarrilar cualquier acción de los gobiernos de izquierda orientada a revertir la desigualad e injusticia sociales. La pobreza se ha enquistado en esas naciones al amparo de políticas públicas promotoras de la concentración de la riqueza en manos privadas locales o foráneas. La redacción de la nueva constitución chilena estará en las manos de la derecha moderada y radical. ¡Qué viva muchos años la herencia de Pinochet!

Es este, sustentado en los datos presentados por el FMI, un panorama necesario de atender y entender para poder definir las estrategias a seguir por nuestro país en el corto y mediano plazo. Estamos claros que definir, o intentar hacerlo, establecer rutas de esta naturaleza a un año de las elecciones que renovarán a los poderes ejecutivo y legislativo, resulta muy complejo, pero, sin duda, es una tarea obligada.

México tiene hoy enormes posibilidades de desarrollo derivadas de una coyuntura que generó la pandemia y una crisis económica que transita en una plataforma geopolítica que evidencia la creciente confrontación de una potencia que ha dominado el escenario mundial de manera hegemónica por más de ocho décadas y otra con manifiestas intenciones de sustituirla.

Estados Unidos y China son protagonistas principales de una “nueva guerra fría” que está generado enorme tensión por el riesgo que conlleva que una paz, hoy tan precaria por el conflicto Rusia-Ucrania, se fracture llevando al planeta a un conflicto armado que significaría su destrucción.

Como la primera Guerra Fría (1945-1990), en esta nueva confrontación se desarrolla en muchos escenarios, en muchas pistas, sí, pero destaco una en particular: la económico-tecnológica. Hemos sido testigos de la confrontación entre Washington y Pekin por temas de esa naturaleza: la 5G, semiconductores y la “ruta de la seda”, entre otros.

En la pasada reunión de los presidentes de EU y México, con el primer ministro de Canadá, Joe Biden fue enfático sobre la necesidad de fortalecer la relación comercial entre los socios del T-MAC. Este exhorto pasa por la necesidad de establecer mecanismos que cierren el paso al avance de China en su presencia en México, y en el resto de América Latina.

¿Cuál es la zanahoria que acompaña esta invitación? Para México, convertirse en el espacio para la instalación de empresas norteamericanas, tanto las radicadas en el país vecino, como las que sus transnacionales operan en otras partes del planeta, especialmente en Asia.

El economista Gerardo Esquivel, ex subsecretario de Hacienda, ex vicegobernador del Banco Central, lamentablemente desaprovechado en este momento, publicó (El País, 22 de abril 2023) una columna en la que plantea si esta “relocalización de empresas”, el famoso “nearshoring”, puede considerarse una especie de “Nafta 3.0”. De entrada, advierte que: “México debe poner atención si quiere que la oleada de nuevas inversiones foráneas se convierta en una auténtica palanca de desarrollo.”

El ex vicegobernador del Banco Central funda sus planteamientos a partir de un artículo publicado por la revista inglesa “The Economist” que trata sobre el fenómeno de la relocalización de empresas que tituló ¿Nafta 3.0? Para el destaco economista, esta influyente revista quiere sugerir que después del TLCAN o NAFTA, por sus siglas en inglés, y del tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), “el proceso de relocalización de empresas provenientes de países asiáticos ofrece una tercera oportunidad de desarrollo para México”.

Lo anterior genera buenas expectativas para nuestro país. Se trata de un detonador económico vía inversión extranjera directa que atraerá muchas empresas y generará empleos, pero no cualquier tipo de empleos. Este traslado de empresas requiere que el gobierno, el sector privado y las Instituciones de Educación Superior, públicas y privadas, trabajen de manera coordinada.

Coincido con Gerardo Esquivel cuando señala:“México necesita evitar errores cometidos en el pasado que impidieron que el proceso original de apertura comercial e integración económica se convirtiera en una auténtica palanca de desarrollo para nuestro país”.

“Sin importar el tamaño de la ciudad o el pueblo donde nacen los hombres o las mujeres, ellos son totalmente del tamaño de su voluntad de engrandecer y enriquecer a sus hermanos” Ignacio Allende

¿Qué debemos hacer? Esquivel enlista algunas acciones prioritarias para lograr que la relocalización sea un factor de crecimiento y desarrollo económico: promover más y mejores encadenamientos a lo largo de toda la cadena de generación de valor; evitar concentrarnos en actividades puramente maquiladoras; fortalecer la infraestructura; proveer insumos clave. Será esencial, recomienda, una intensa y activa promoción de desarrollo de clústers. “Es  indispensable, enfatiza, contar con buenos servicios de proveeduría y logística, y servicios de almacenamiento y transporte.”

¿Cómo resolver el problema de los desequilibrios regionales existentes? Es este un tema toral. Al momento el fenómeno de la relocalización se visualiza exclusivamente en el norte y centro del país. Entre más cercano a la frontera estén las empresas que se relocalizarán, es mejor. ¿Qué pasará con el resto del país? ¿Nuevamente el sur-sureste quedará fuera de esta oportunidad? Más adelante veremos que no, que sí hay opciones de integración a este plan para nuestra región.

Primero que todo debemos plantearnos cómo vamos a lograr un desarrollo más equilibrado. Cómo revertir los desequilibrios históricos que dividen en dos zonas a nuestro país: norte y centro industrializados, por un lado, sur-sureste, proveedores de recursos hídricos, energéticos y productos naturales, pero muy acotados en el aspecto industrial.

Gerardo Esquivel poine sobre la mesa temas importantes: “Existe ya mucha evidencia anecdótica de escasez de espacios y de saturación de parques industriales en el norte del país”. Sumemos a lo anterior el problema del agua que ya generó una gran polémica con la instalación de una cervecera en Mexicali (trasladada a Veracruz), y con la de la fábrica de Tesla que finalmente se instalara en Nuevo León, a pesar de la evidente escasez de agua en esa entidad.

¿Es esto una ventana de oportunidades para la región sur-sureste del país? El gobierno de la Cuarta Transformación, por primera vez en décadas, miró hacia el Sur. Las tan criticadas obras insignia, estigmatizadas y bloqueadas por las oposiciones, serán fundamentales para que la relocalización de empresas contemple a esta región como una alternativa viable.

“Debe Promoverse que las inversiones se distribuyan mejor a lo largo de todo el territorio nacional. En el pasado, la fuerte concentración de inversiones en el norte del país acentuó la enorme desigualdad ya existente con el sur y el sureste de México”, nos recuerda el ex subsecretario de Hacienda.

¿Hay esperanzas reales para que el sur-sureste pueda participar en este plan de relocalización? Sí. Lo avala las mejorías en formación de capital humano en nuestra región, lo que se está haciendo con el concurso de 480 instituciones de educaciones superior públicas y privadas que aquí operan.

La pelea de los estados por el “nearshoring” está a la vista. Para el sur-sureste no será fácil subir al ring y aspirar a triunfar. Entidades del norte y centro del país están ofreciendo terrenos, incentivos fiscales, mano de obra, a la luz del enorme potencial de la inversión que conlleva la relocalización de empresas en México. Los analistas calculan que la derrama será superior a los 60 mil millones de dólares.

Karina Suárez (El País, 23 abril 2023) detalla los esfuerzos que están realizando los estados del norte y centro de la república: parques industriales, carreteras, plantas hidráulicas, disponibilidad de mano de obra calificada y barata. Todo entra en juego en la lucha para ser parte del nearshoring.

¿Es esta una coyuntura? Sí. No podemos perderlo de vista. “El conflicto geopolítico en Ucrania, así como las tensiones entre potencias económicas, han detonado esta ola de relocalización de las empresas que buscan sacar sus operaciones de China y ubicarlas en una mayor proximidad a uno de los mayores mercados del mundo: Estados Unidos.”

 “La libertad política es la condición previa del desarrollo económico y del cambio social” John F. Kennedy

¿Será este fenómeno perdurable? Es difícil saberlo. Lo importante es aprovecharlo. ¿Tiene México las cartas necesarias para participar? Desde luego que sí. ¿Únicamente el norte y centro de nuestro territorio? No. El sur-sureste tiene un as bajo la manga que, incluso, puede superar a los competidores del norte y centro del país.

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¿Dónde está la oportunidad para nuestra región? En el “Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec”, que une a los puertos de Salina Cruz, Oaxaca y de Coatzacoalcos, Veracruz. Son 309 km que unen a los océanos Pacífico y Atlántico.

Este corredor está coordinado por un organismo público descentralizado con personalidad jurídica propia y no sectorizado que fue creado mediante decreto presidencial en 2019. El CIIT ha sido designado para llevar a cabo el Proyecto para el Desarrollo del Istmo de Tehuantepec.

¿Qué se pretende? Convertir a esa zona interoceánica “en una plataforma logística global enfocada en la manufacturación y el traslado de mercancías entre ambos océanos.”

¿Cuál es el objetivo? Dinamizar el desarrollo económico, productivo y cultural de la región “mediante una visión integral, sustentable, sostenible e incluyente”, elementos esenciales de la agenda 20-30 establecidos en el Plan de Desarrollo de la ONU.

¿A qué estados contempla el proyecto? De inicio,  Oaxaca y Veracruz. Me parece necesario, urgente, que Tabasco se inserte en este proyecto si lo que se pretende es detonar el desarrollo de la región. Nuestra entidad podría convertirse en el canal de distribución del resto de las entidades de Sureste: Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Chiapas. Es cierto que Yucatán ya está comercializando, vía el Puerto de Progreso, hacia el sureste de los Estados Unidos, pero como región, no podemos quedar fuera de la jugada.

¿Cómo puede Tabasco insertarse en este fenómeno de relocalización? Insisto, la respuesta está en este corredor que será una muy viable alternativa en el traslado de mercancías en las rutas de comercio mundial a partir del desarrollo de una plataforma logística que considera el uso de infraestructura ferroviaria, portuaria, aeroportuaria y vial.

¿Vencidas con el Canal de Panamá? Me parece que no es prudente construir una narrativa polarizante hoy tan común. El Canal de Panamá seguirá cumpliendo su importante papel. Por más de veinte años ha sido, junto con el Canal de Suez, el medio de comunicación de mercancías. Seguirá siendo, sobre todo, porque el gobierno de Panamá, desde que tomó el control pleno, ha priorizado su modernización y recién amplió el número de esclusas que permitieron aumentar el tráfico de mercancías del Pacífico al Atlántico y viceversa. Un obra de ingeniería que sigue sorprendiendo.

El tema es que el traslado de mercancías, que se está recuperando luego de la pandemia, requiere cada día más de embarcaciones más grandes, más anchas que rebasan las medidas de las esclusas del Canal de Panamá. En este punto es donde surgen las ventajas comparativas, por encima de las competitivas, del corredor interoceánico del Istmo de Tehuantepec. No solo se ahorran 3 mil 500 millas náuticas de recorrido, además, se podrán mover grandes cantidades de mercancías en menor tiempo.

La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) aporta datos comparativos de las rutas actuales para enviar hidrocarburos al mercado asiático. ¿Por qué México es una alternativa para llevar los hidrocarburos producidos en el Golfo de México vía Istmo de Tehuantepec al continente asiático? Como respuesta, resumo algunos de los datos que maneja la referida comisión. “El tiempo de traslado a China o Japón, vía el Canal de Panamá, toma alrededor de 25 días, más dos días de espera para ingresar al canal.” El tiempo estimado de traslado vía el Istmo de Tehuantepec es de alrededor de 17 días. “Lo cual implica que transportar hidrocarburos a Asia, vía el corredor interoceánico, es 32% más rápido.”

Estos datos se refieren a las condiciones actuales. Los tiempos se reducirán notablemente cuando operen trenes (pasajero y carga) de mayor velocidad. Además, el proyecto plantea la construcción de un gaseoducto que atraviese el Istmo. Adicionalmente, se construirá una planta de licuado en Salina Cruz, Oaxaca. Este nuevo gaseoducto sumará cerca de 300 kilómetros a la red de gaseoductos que actualmente se constituye por 8 mil 18 kilómetros.

No obvio comentar que a través del ducto existente (Nuevo Teapa – Salina Cruz 48) se pueden transportar (datos de la CNH) hasta 351,000 barriles diarios, equivalentes al 11% de la demanda de Japón. Con la construcción del nuevo gasoducto, a cargo de la empresa Temura Service & Consulting S.C., se podrá ampliar la cantidad de hidrocarburos a exportar a Japón y Asia.

Ahora lo principal. ¿Qué está haciendo el gobierno federal para atraer empresas a esa región? La Secretaria de Economía, bajo el liderazgo de Raquel Buenrostro, quien, por cierto, ha logrado atemperar los ánimos de empresas canadienses por el tema de las reformas al sector eléctrico, es la responsable de coordinar, impulsar y promover este proyecto y, lo más importante, atraer a inversionistas nacionales y extranjeros, ofertando agua, tierra y exención de impuestos. Esta dependencia ha publicado la licitación de seis de los diez de los primeros polos de desarrollo localizados en los estados de Oaxaca y Veracruz. ¿Y Tabasco?

“Todos los seres humanos tienen derecho a vivir y ser felices” Andrés Manuel López Obrador

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha puesto especial empeño en obras que detonen el desarrollo en el Sur-Sureste del país (Tren Maya y Refinería Olmeca). Desde el inicio de su administración se ha impulsado el proyecto del canal interoceánico, claros de que contribuirá a denotar el desarrollo de esta región. El tiempo apremia. El tabasqueño ha instruido a Raquel Buenrostro poner en marcha el plan para desarrollar, “en unos 100 días” al Istmo de Tehuantepec, “una de las zonas más rezagadas del país”.

La licitación ha sido el método elegido por el gobierno federal. “Las empresas que ganen la licitación tendrán potestad en el terreno por un periodo de dos años con posibilidad de una prórroga de cinco años más”. Para evitar la especulación, sí después de este periodo, “los licitantes han acreditado que han invertido en el terreno, podrán iniciar el proceso de compra para ser dueños del proyecto.” De no cumplirse este proceso, el gobierno puede revocar la concesión y volverla a subastar.

¿Y la zanahoria? Se ofrecen incentivos fiscales: descuentos del 100% del ISR en los tres primeros años de operación y del 50% en los tres posteriores. El descuento fiscal podrá ser de hasta del 90%. Sin duda una ofertas atractiva para invertir en una zona que tendrá un acelerado crecimiento de su plusvalía. Además, las operaciones que se realicen al interior de los polos de desarrollo “no pagarán el IVA durante cuatro años”

¿Y el agua, apá? Punto nodal de este proyecto es la infraestructura, sí, pero la titular de Economía, ha hecho hincapié en el agua, “es el elemento esencial.” La vastedad de este líquido en el Sureste, está más que documentada. Este recurso se convierte en la mejor llave de entrada para Tabasco a este importante proyecto.

Por cierto, Raquel Buenrostro, ex titular del INEGI, anticipó que en los próximos días saldrá una publicación oficial en la que se establece que “en aquellas zonas donde el agua escasee, solo se otorgarán concesiones con la autorización presidencial. No va a haber concesiones nuevas.” ¿Por qué esta restricción? La funcionaria pública es contundente en su respuesta: “Porque no hay agua y la prioridad la tiene la gente. Si ahorita (las empresas) ya tienen concesiones, no hay problema, pero si se requiere mayor volumen, ya no va a haber más autorizaciones.”

Finalizo señalando que este fenómeno de relocalización es, como lo señala “The Economist”, el “Near3.0”, una especie de actualización del tratado trilateral de libre comercio que puede detonar el crecimiento del país si se acompaña de algo esencial: Una política industrial integral.

En ese punto, considero que tiene fundamentos sólidos el planteamiento hecho por Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial: “La mejor forma de aprovechar el nearshoring es a través de una política industrial integral que contemple las alternativas del Estado, como educación, financiamiento, Estado de Derecho, seguridad, infraestructura y, sobre todo, agilización comercial.”

Tabasco está hoy, aparentemente, fuera de las consideraciones primarias del proyecto del Canal Transistmico de Tehuantepec que coordina la Secretaría de Economía federal. No tengo la menor duda de que la dupla Adán Augusto López Hernández-Carlos Manuel Merino Campos, ya está buscando la fórmula para que nuestra entidad participe en este proyecto que contribuirá, vale repetirlo, a acelerar el desarrollo integral de nuestra región, premisa, compromiso cotidiano del presidente Andrés Manuel López Obrador, manifiesto en el Plan Nacional de Desarrollo(2018-2024).


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