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ORACIÓN DE AÑO NUEVO: “Si han, resucitado con Cristo, ¡busquen las cosas de arriba, donde está´´.

ORACIÓN DE AÑO NUEVO: “Si han, resucitado con Cristo, ¡busquen las cosas de arriba, donde está´´.

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ORACIÓN DE AÑO NUEVO: “Si han, resucitado con Cristo, ¡busquen las cosas de arriba, donde está´´.

Oración de Año Nuevo: Cristo sentado a la diestra de Dios! ¡Pongan su mirada en las cosas de arriba! ¡No en las de la tierra!”  (Colosenses 3:1-2).

¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD!, Padre Santísimo: ¡Que este despertar de todo lo creado en medio de este frío tan especial, nuestro despertar sea para Ti, el más cálido y amoroso saludo de quienes agradecidos por la vida, anhelamos comenzar el Año Nuevo teniéndote presente y poniendo nuestra mirada en Cristo!

ORACIÓN DE AÑO NUEVO: “Si han, resucitado con Cristo, ¡busquen las cosas de arriba, donde está´´.

Padre Santísimo: ¡Que este despertar de todo lo creado en medio de este frío tan especial, nuestro despertar sea para Ti, el más cálido y amoroso saludo de quienes agradecidos por la vida, anhelamos comenzar el Año Nuevo teniéndote presente y poniendo nuestra mirada en Cristo!

Padre Santísimo: este último amanecer de este domingo que pone punto final al año del 2023, nos sentimos orgullosos de que, a pesar de estar con temperatura muy fría y hasta con un catarrito muy molesto, abandonando nuestro lecho nos dimos cita ente Ti, porque, ¿cómo es posible estar en reposo cuando esta madrugada es la última del año? ¿Cómo no acudir a Tu encuentro para agradecerte el que estemos con vida, aunque con este molesto resfrío? Consideramos que lo grave y desastroso es el resfrío del alma.

Gracias, Padre maravilloso, ¡por este lindo despertar! Estar a Tu lado y ante Tu imponente majestad, ¡nos hace sentirnos muy afortunados y muy distinguidos! ¡Nos hace gozar en el silencio de la madrugada de lo increíble, de lo inimaginable y de lo sensacional que es Tu grata presencia! De hecho, realmente nos sentimos trasladados en espíritu al mismo Cielo de Tu gloria. Desde ese lugar inexpresable con términos humanos, lo maravilloso de Tu Luz nos esclarece lo que en la tierra ni con la especulación, ni con un estudio minucioso podríamos desentrañar.

Este Año Nuevo, Padre Bendito, lo iniciaremos en Tu presencia, con Tu bendición y puesta nuestra mirada en Cristo, Tu Hijo Amado, quien está a Tu diestra, Dejaremos de ver y contemplar lo terreno, lo material y lo perecedero para ver las cosas de arriba, porque cuando nuestra mente se remonta a las alturas, estamos viviendo esplendorosamente el Reino de Dios y nuestra alma se torna amante de la justicia, de la bondad, de la alegría incomparable y del entusiasmo más divino que le imprime sabor y color; perfuma nuestra existencia y le da sentido a nuestra vida.

Amanecer a diario pensando en Ti es tener la mente de Tu Hijo y convertirnos en Tus hijos que no emprenden nada sin Tu beneplácito y Tu bendición. Amanecemos y anochecemos pensando en Ti porque es junto a Ti donde las soluciones a nuestro diario vivir resultan excelentes y de inmediato vemos que con Tu gesto paternal nos apruebas e invitas a seguir adelante y muy seguros de que todo nos pinta muy bien. Estando junto a Ti, con el solo mirar a Cristo, de inmediato Sus Palabras de Vida resuenan en nuestros oídos y nos recuerda: ¡Inicien su Año Nuevo teniendo por premisa: ¡EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA! ¡TODO LO DEMÁS QUE LES HAGA FALTA, LO RECIBIRÁN COMO AÑADIDURA!  Con qué alegría y con qué entusiasmo exclamamos a una voz con el Espíritu Santo: “¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo!” (Efesios 1:3).

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¡OREMOS AL SEÑOR! ¡SEÑOR, TEN PIEDAD! Pon en manos del Señor todas tus obras. Padre Santísimo: ¡Bendito seas en este grandioso amanecer! ¿Quién no se siente seguro, capaz, decidido, audaz y entusiasta para emprender una aventura de gran relevancia y gozarla día con día y momento a momento. Sabiendo de ante mano que todo lo podemos llevar a feliz término, porque Tú siempre estás al pendiente de todo lo nuestro? Quién de nosotros, Tus amigos, no obstante, a nuestras debilidades y limitaciones al visualizar aquello que ya tenemos en mente, sin reparar en la edad, en los achaques y en las mil dificultades. Acudimos a Ti para que nos des la estatura y la mente de Tu Amado Hijo, ¿no recibamos Tu apoyo incondicional? Cuando Tú, Padre Santísimo, estás en primer lugar, Tu divino poder nos concede la estatura de los gigantes, el alma de los seres de luz, el cuerpo de los atletas, el espíritu de Tus elegidos y la fortaleza de los invencible y preclaros valientes. ¡Qué alegría nos causa el tenerte a Ti en todo nuestro proyecto, verte actuando a nuestro favor en los momentos más cruciales, contemplar Tu mano invencible y a Tus ángeles actuar en nuestra defensa! Padre Santísimo, esto nos habla con gran hermosura de lo bello, lo extraordinario, lo sobrenatural y lo espiritual obrando en su máxima capacidad para hacer de nuestros ideales TODO UN EVENTO ÚNICO. Que nos dimensiona en la atmósfera del poder de Tu gracia omnipotente. Esto nos demuestra el poder de la fe que ve el futuro y lo hace presente y vivo. Esto nos hace gozar del gran tesoro que se esconde a los simples mortales y se nos revela a quienes Tú, has elegido para demostrar a la misma juventud, que el espíritu que vive en comunión con el Espíritu Santo. Se traslada al mismo cielo y obtiene de él una riqueza inexplicable, pero disponible para esos espíritus que, cual águilas, dejan de ser gallinas y ven lo que los demás ¡jamás verán! Gozan como nadie y se les revelan secretos que los hacen inmensamente dichosos. Padre Santísimo: Tenerte a Ti, contar con Tu amistad, no acomplejarnos de nuestra humana imperfección, no sentirnos poca cosa ante Tu majestad divina, trascender lo material, tener y no tener, abundar y saber dar, ¡es lo más hermoso que anhelamos! Vivimos en la consciencia de poner todo en Tus manos divinas, así como nos lo aconseja El Espíritu Santo: “Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán.” (Proverbios 16:3). ¡Qué sabiduría destila el Espíritu Santo que nos aconseja en estos momentos: “¡Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella! Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!” (Salmo 1:1-3). La insensatez no admite medias tintas y nada tiene en común con la Sabiduría divina. Es por ello que, todo ser que anhela llevar a feliz término todos sus ideales, ¡jamás hace amistad ni pide opinión a los malvados, ni se mezcla con los blasfemos! Sino que se complace en SER FIEL A LA LEY DIVINA DEL AMOR QUE, ¡TODO LO PUEDE, TODO LO REVELA, TODO LO ESCLARECE, TODO LO POSIBILITA, TODO LO REJUVENECE, TODO LO VIVIFICA, ¡TODO LO ALCANZA Y TODO LO PROSPERA! Muchas gracias por estos momentos de gloria que en Tu presencia gozamos y salimos bien dispuestos a ser congruentes con la vivencia que en ti experimentamos. Padre Bendito: Te bendecimos con un corazón alegre, jovial, robusto y muy capaz de ser hasta motivo de inspiración para propios y extraños, porque nuestro deseo es el Tuyo, nuestra esperanza es la misma que Tú tienes y nuestro amor es la expresión del Tuyo. Amén. P. Cosme Andrade Sánchez+

No nos importa el cómo viene este año, nos importa el cómo comenzarlo con sabiduría. Es por eso que, después de haber tenido esta experiencia de madrugar en Tu Presencia Amorosa, reafirmamos y confirmamos nuestro deseo de continuar así hasta el final de nuestros días, porque estamos convencidos de que, “La bondad y el amor nos seguirán todos los días de nuestra vida; y en Tu casa, oh Señor, habitaremos para siempre.” (Salmo 8:6).

Finalmente, nuestra prioridad es vivir todos los días bajo el amparo de Tus alas, porque la Palabra de Tu promesa sigue vigente y sabemos que, “Abrirás para nosotros Tu buen tesoro, los cielos, para dar lluvia a nuestra tierra a su tiempo y para bendecir todas las obras de nuestras manos; y prestaremos a muchas naciones, pero no tomaremos nada prestado.” Deuteronomio 28:12).

Padre Santísimo: Con Tu bendición vamos a vivir las horas que le quedan a este último día de este Año Bendito y con Tu bendición e invocando Tu Nombre, Te brindaremos este Año Nuevo con redoblado entusiasmo.

¡Bendito seas, Padre Santísimo, ¡en compañía de Tu Hijo Amado y del Espíritu Santo! Amén.

  1. Cosme Andrade Sánchez+


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