El Poder Judicial: nadie veía sus ilegalidades
ES UN ASUNTO DE TODOS
Por Gínder PERAZA KUMÁN
En mis 66 años de vida sufrida y/o pachangueada, con 44 de ellos dedicados en cuerpo y alma al periodismo, no había yo visto u oído de situaciones y acciones tan emponzoñadas como las que ahora mismo protagonizan los poderes Ejecutivo –el que realmente maneja la lana– y Judicial de México.
En realidad, de los cientos o miles de personas que vemos en los medios hablando o explicando la situación que atraviesa el Poder Judicial, si acaso un puñado de hombres y mujeres reconocerían a los protagonistas del sainete, y podrían distinguir a los dos tipos de políticos involucrados: a) el que está ahí porque busca el puesto de mando, que obliga a los demás a tenerle consideraciones especiales; y b) el político cuyo mayor interés es el dinero. Una combinación o alianza de a y b puede ser muy provechosa para los ciudadanos.
En cuanto a que el análisis de la excepcional situación tiene que tomar en cuenta que estamos precisamente en el fin de un sexenio, ese factor tiene que tomarse en cuenta, desde luego, pero no debe detenernos. Así que podemos decir que, hasta ahora, incluyendo los números finales del agonizante sexenio actual, en el que Andrés López Obrador hizo y deshizo lo que quiso con el poder y los recursos económicos que éste conlleva, los números y avances que AMLO prometió lograr durante su presidencia no se ven por ningún lado, a diferencia de hace unos años, cuando veíamos desfilar del monte a la ciudad camiones y camionetas llenos de maíz, calabaza, pepino, una variedad de cítricos y hasta papaya, una fruta de la que nadie se ha ocupado para regular su comercio, así que se vende hasta en $35 el kilo en la frutería o el supermercado, mientras que el agricultor recibe $5 por esa cantidad de producto.
Pero ya nos estamos desviando del tema que queríamos (queremos) abordar hoy y que es la reforma a las leyes que rigen al Poder Judicial, según la iniciativa que presentó ese carnaval político que es el partido Morena.
Los tres puntos que vamos a tocar hoy son: 1) de qué manera se presenta la corrupción en el ámbito de ese Poder; 2) “intercambio” de plazas laborales, y “sugerencias” de dar mordidas. Desde luego, hay muchas más formas en las que se puede detectar la presencia de la corrupción en las filas morenistas, y si hemos escogido estos dos es porque los vimos de cerca.
Uno de esos dos casos trata de corrupción directamente. De acuerdo con una investigación especial del periódico capitalino El Universal, la asignación arbitraria de plazas en el sistema de trabajo diario del Poder Judicial era posible porque relacionaba a funcionarios de diferentes estados, que negociaban plazas laborales que tenían a su disposición pero que no podían conceder a familiares directos. Así que negociaban con sus pares de otras entidades, que pagaban el favor también con una plaza que tenían disponible.
Como en muchas ocasiones, la publicación de El universal pasó sin pena ni gloria.
AJEDREZ DE PLAZAS LABORALES
Otra antigua anomalía que se registraba en el Poder Judicial era que varios jueces o magistrados ganaban (creo que siguen ganando) salarios más altos que el que recibía el Presidente de la República, algo que prohibía la Constitución. Todos o muchos lo sabían, pero nadie decía nada, hasta que el presidente López Obrador empezó a señalar casos específicos de funcionarios que violaban lo que establecía la Constitución acerca del monto de salarios que se podía recibir.
En fin, diría un gracioso, eso no se va a quedar así, se hinchará por lo menos. Veremos y oiremos mucho más de este asunto, esperando que la nación y sus ciudadanos no sufran muchos daños.